HACIA NUEVAS ALTURAS...


Después de mucho caminar mi familia y yo, nos detuvimos en Parque Caldas, un bonito lugar público ubicado en Manizales.

Al fondo se escuchaba a una madre, que con su esposo e hijo cantaban baladas sesenteras mientras los transeúntes se arremolinaban para apreciar el acto.

El día estaba despejado, soleado, azuloso... Como pocas veces en esas encumbradas tierras.

Después de media hora de estar sentados nos dimos cuenta que al lado teníamos unas majestuosas palmeras muy altas, altísimas, que nos sorprendieron gratamente al verlas enmarcadas en ese telón infinito y azul.

Por un momento mi papá y yo empezamos a apostar por la edad de esas palmeras ¿50 años? ¿100 años? ¿Más de 100? En verdad las veíamos tan altas y elevadas que solo podían haberlo logrado tras muchos años de crecimiento constante. En ese momento recordé la frase de Buzz Lightyear, el personaje de la famosa película de Pixar "Toy Story": "¡Hasta el infinito y más allá!".

¿Hasta dónde podemos llegar nosotros? Y es que al ver aquellas majestuosas plantas no pude evitar pensar en que eran una sencilla metáfora de nuestro trasegar por la vida. Una vida que en muchos tramos resulta difícil, compleja, incomprensible o desalentadora. Lo sorprendente es que en cada etapa superada nos transformamos, cambiamos, crecemos, nos adaptamos hasta alcanzar nuevas alturas...


Pero vayamos un poco más allá de esta frase que parece de cajón y preguntémonos ¿Qué es eso de "nuevas alturas"? Algunos lo podremos asociar al éxito financiero, laboral, académico o quizás artístico. Otros diremos que es haber superado ciertas limitaciones o aventurarse a nuevos horizontes, dejar una relación atrás o iniciar un nuevo camino para nuestras vidas. 

Como todo lo mencionado anteriormente parece válido, también quiero hacer mi aporte al respecto, así que diré que: las nuevas alturas son esos estados personales que hemos alcanzado (conscientes o no) y que nos regalan una sensación de plenitud.  

Si bien nuestra sociedad nos lleva a querer ser cada vez más "visibles", a tener una extraña necesidad de estar expuestos ante los demás, lo importante es que este crecimiento que nos lleva a nuevas alturas, es un asunto completamente personal... Finalmente nadie vive por nosotros ¿verdad? 

Por último, a pesar de ser un asunto privado, también debe irradiar positivamente en quienes amamos, debe ser consistente y tocar a los seres con los que nos relacionamos. Nada en este mundo es aislado, los humanos somos los únicos que tenemos ese concepto de desconexión, como si nosotros mismos no fuéramos un universo hecho a base de partículas en constante comunicación. Preocuparnos por si nos ven "crecer" es secundario, si somos fieles a nosotros mismos seremos como aquellas palmeras del Parque Caldas, que se levantan con paciencia, en silencio y no pasan desapercibidas para aquellos que en verdad quieren apreciarlas...


¡Gracias por leer!

feliz día, feliz noche, feliz momento


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