
Somos el resultado de nuestro entorno: sociedad, medios, colegio, amigos, etc... pero sobre todo de la familia. Ese grupo de personas que están desde tempranas etapas de nuestra vida y con las que conservamos un vínculo duradero. Es inevitable su influencia en nuestra vida, por más emancipados que creamos ser, su impronta la llevamos siempre.

Seré sincero, la familia nos querrá en la medida que nos vean como influencia positiva para su tierno retoño que se aventura a las lides del amor. ¿Un afecto por conveniencia? puede ser. Si la persona es el modelo de perfección en el hogar, querrán para ella alguien igual. En cambio, si es la oveja negra de la familia querrán a aquella que la pueda llevar por el camino "correcto". Así que si te crees rebelde sin causa, pero tu suegra te adora, es por que ha visto el lado dulce en ti...
¿Por que me refiero a esto?... porque este afecto lleva en sí la semillita del conflicto.
Sea que nuestro temperamento nos lleve a terminar una relación en buenos términos, o por el contrario, con policía de por medio, lo mejor es tomar distancia de la otra persona hasta que nuestros sentimientos se estabilicen nuevamente. (Por lo pronto diré hasta ahí, es buen tema para otro escrito). Con la familia o suegros debe actuarse de igual manera. De lo contrario seguiremos teniendo una presencia en el hogar, a pesar de no pertenecer más allí. Así nuestras intenciones sean las mejores, lo mejor es la distancia.... Total, de buenas intenciones están hechos los errores.

Por otra parte, los ex-suegros, hermanos y hasta tías, nos pueden contar preocupaciones, angustias y anhelos, y de forma directa o indirecta, nos piden que nos pongamos capa o antifaz, cuales héroes en rescate de su pobrecito retoño que se está enamorando de una persona equivocada. "Es que como tu no hay nadie"... (en ese instante rogamos al cielo para que alguien nos llame al celular... ¡así sea para recordarnos el pago de la factura!).
Toda relación va más allá de la persona, involucra complejas redes de familia y amigos. No planteo acá dejar de contactar a esos terceros, pero si en bajar la frecuencia, cuando los contactemos, mostrarnos independientes, con nuevos intereses; no sea que piensen que estamos pidiendo ayuda para regresar con su hijito o hijita. Sin embargo la distancia es el mejor remedio, somos seres complejos que interpretamos la vida con los lentes del corazón, nos creemos maduros, adultos, equilibrados pero a la hora de la verdad, aveces somos niños que hacemos daño sin querer...
Pd: Llueve... ¿que mejor disculpa para dibujar afectos?
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