¿ME ESCUCHAS, O ESTÁS EN OTRA PARTE?

"El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra." (Richard Moss)


Recuerdo que iba caminando por la calle cuando a mi paso apareció una persona que no veía hace muchos años. Nos saludamos con la consabida referencia al tiempo transcurrido, y sin planearlo, surgió una pequeña conversación. Sin embargo, había un pero: No le estaba prestando atención.

A mi favor podría decir que en ese instante me encontraba preocupado por un asunto que no había podido resolver. Sentía que el tiempo jugaba en mi contra y el estar allí, en medio de una sencilla charla, se me estaba convirtiendo en un asunto estresante.

¿El resultado? Presté atención al 50% de lo conversado y por poco caigo en responder no más que con monosílabos. Me excusé bruscamente arguyendo un compromiso que tenía y nos despedimos sin decir más. Ahora que me encaminaba a resolver mi "problema", no pude evitar sentir cierta incomodidad por mi actitud con esta persona.

Así que me cuestioné: ¿Habría pasado lo mismo si la persona me interesara? 

Vivimos la vida clasificando nuestra existencia entre lo "importante" y lo "no-importante". Pero no solo eso, también entre lo que "nos atrae" y lo que "no-nos atrae". Es decir que vivimos nuestra vida atentos sólo a lo que llama nuestra atención o nos interesa.  Con este enfoque ¿Estaremos viviendo a plenitud nuestra experiencia humana?

Imaginemos que vamos de paseo, o mejor aun, de caminata por el bosque. Podríamos hacer el recorrido atentos a nuestros pasos, al canto de las aves, las maravillas de la luz que se filtra entre los árboles, al murmullo de las hojas que se acarician y al final, llegaríamos a destino con una gran experiencia...

Ahora imaginemos este mismo recorrido pensando en algún asunto por resolver, o atentos a nuestros móviles. ¿Cómo sería nuestra experiencia? Tal vez a mitad del camino maldeciríamos y nos preguntaríamos "¿Quién me mandó a venir por acá?" O quizás estaríamos tan preocupados por llegar que sólo estaríamos pensando en la punto final del recorrido...

En ambas situaciones: ¿las aves eran importantes? ¿El bosque era importante? ¿Quiénes somos para determinar qué es y no es importante en la vida?

Nuestra atención no solo es un obsequio para los demás como dice el Dr. Richard Moss, sino que también es la fuente de nuestra inspiración, aprendizaje y vivencia del presente. No son pocas las oportunidades personales, profesionales, familiares que se desperdician por estar distraídos o atentos a lo "realmente importante". Recordemos que cada ser, cada experiencia, tienen algo qué comunicarnos. Lamentablemente no siempre vemos, escuchamos, ni sentimos ese mensaje para nuestras vidas...

No estoy diciendo que dejemos de lado nuestros asuntos, pero sí que seamos más conscientes de nosotros mismos y nuestro comportamiento hacia los demás. Tal vez la persona que me encontré en la calle no se dio cuenta de mi desatención, pero era mejor haberle dicho que nos encontráramos de nuevo y no estar en modo "zombie" cuando me estaba hablando. 


Miremos nuestro comportamiento con amigos, familiares, compañeros o pareja. Seamos sinceros para reconocer cuánta de nuestra atención estamos obsequiando a esa persona que nos interesa... No olvidemos que nuestra mente es tan poderosa que nos transporta a lugares insospechados e incluso lejos de la realidad. Así que, cuando alguien nos hable preguntémonos dónde estamos:¿Aquí, en el ahora? ¿O tal vez en el imaginario de nuestros asuntos importantes?...

¿Qué opinan?


¡Gracias por leer!

feliz día, feliz noche, feliz momento


    

  

 


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