Ahora parece muy común que las figuras públicas ofrezcan sus disculpas después de cometer faltas o tomar equivocadas decisiones. Desde políticos hasta "influencers", vemos como cada uno ofrece ante medios sus arrepentimientos como un acto noble de reconciliación social.
A muchos les molesta esta clase de manifestaciones porque no les parecen sinceras, se les figuran artificiales y acomodadas a sus conveniencias. Algunos afirman cosas como: "Claro, lo que buscan es que no les castiguen por lo que hicieron."
Pues bien, al parecer no basta con mostrarse arrepentido y abrir los micrófonos para las voces entrecortadas, sino que se requiere de algo más... ¿Pero qué podrá ser? Hay una famosa frase que nos puede dar una luz al respecto:
"nuestros actos nos definen"*
Una verdad que nos recuerda que las disculpas no son solo palabras, sino que deben ir acompañadas de ciertas actitudes para ser aceptadas. En ese orden de ideas, considero que hay tres condiciones mínimas que deben cumplirse para poder valorar un acto de arrepentimiento (condiciones que muchas figuras públicas parecen olvidar):
- Oportunidad
- Empatía y
- Actitud.
Si bien es desalentador escuchar unas disculpas tardías, más
lo es cuando son el resultado de una presión social. En el caso de las figuras
públicas muchos se han disculpado porque el "manager" lo ha sugerido,
porque en las redes sociales han sido implacables o los patrocinadores se han
puesto nerviosos. Esta es una de las causas por las cuales las personas no
aceptan los actos de disculpa pública tan fácilmente. El protagonista ya no
parece tan arrepentido, ya que es inevitable pensar que lo ha hecho porque se
ha sentido presionado.
Ni que decir de ciertas entidades del estado, políticos o
ministros. Se arrepienten solo cuando una decisión de la justicia les obliga a
hacerlo ¿Qué clase de confianza pueden transmitir?
Es como si reconocer un error fuera un acto de debilidad, cuando es todo lo contrario ¡Reconocerlo es un acto de gallardía!
EMPATÍA
Este es un asunto para tomar con pinzas. Partimos del
supuesto que los humanos somos empáticos... pero no es así. Sucede con ciertas
personalidades y famosos, que al contar con la aceptación de cierto número de
personas, o de cierto círculo social, consideran que todos sus actos son
sensatos, justificables y con mínimas consecuencias ¿Cuál es el punto acá? Que
muchas personas se disculpan a pesar de que no aceptan que han cometido un
error.
Disculparse es un acto de completa empatía, porque implica aceptar que hemos lastimado a otra persona. Por tanto, cuando alguien no entiende el alcance de sus actos, sus disculpas solo empeoran las cosas. ¿Han escuchado disculpas como?:
"...Y si con mis actos ofendí a alguien, pido disculpas
nuevamente."
"Pido perdón, pero estaba actuando bajo presión."
"De saber que esto se iba a saber, no lo habría
hecho."
Por cierto: La falta de empatía el público también la detecta...
Un cambio en la disposición de las personas que ofrecen
disculpas, es fundamental. Por ejemplo, hablar directamente con las personas
afectadas, "dar la cara" como se dice popularmente, es una actitud
que refleja una disposición a solucionar las cosas (Además que no es fácil, ya
que implica escuchar "estoicamente" recriminaciones o
reproches).
La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es la
base del respeto. De nada sirve un hermoso acto público, llorar y abrazar,
cuando al cabo de unos días las actitudes negativas aparecen como si nada
hubiese pasado. ¿Acaso piensan que las personas no se dan cuenta de ello?
Este asunto me hace pensar en esta frase que finalmente les dejo como conclusión:
"Equivocarse es fácil, lo difícil es reconocerlo."
Posdata: ¿Que otra condición creen que haría falta para unas sinceras disculpas?
feliz día, feliz noche, feliz momento
¡Gracias por leer!
Notas:
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