¿Nos estamos reinventando?


“Las mayores dificultades del hombre empiezan cuando puede hacer lo que quiere.” 
Thomas Henry Huxley
foto tomada del blog RedBus
Foto tomada del blog redBus

El Cañón del Combeima es sin lugar a duda uno de los lugares más bonitos de mi ciudad. En menos de 20 minutos de recorrido desde el casco urbano ya se pueden apreciar coloridas casas a borde de vía de donde cuelgan frutos frescos que brotan de sus fértiles tierras. Avanzando un poco más, se puede apreciar el río que acompaña todo el recorrido con su gruñido vital. Postres, bizcochos, platos típicos preparados en leña, aves, caballos complementan un paisaje montañoso y verde, interrumpido por pequeñas quebradas que caen de los cielos.

La tranquilidad propia del campo, la variada oferta gastronómica y el contacto con la naturaleza, hacen de sus parajes uno de los destinos turísticos preferido por propios y foráneos que buscan una pausa a la vida propia de la ciudad. Pero en contraste con toda esta maravilla, hace poco se presentó una noticia nada positiva y que fue reseñada en un diario* local con el siguiente titular: "Volvieron los turistas al Cañón del Combeima y con ellos los desbordantes regueros de basura..." En verdad una noticia desalentadora, máxime cuando nos encontramos viviendo una cuarentena mundial por cuenta de la pandemia.
Foto tomada de El Olfato

Sé que en este punto alguien me podría decir: "¿Y qué relación tiene la pandemia con los desconsiderados turistas?" Creo que mucha, y les diré por qué:

Desde que se estableció la cuarentena permanente como medida de salud pública para evitar la propagación del contagio, los medios de comunicación, redes sociales y hasta personajes públicos coinciden en una serie de ideas o preceptos que ahora se me antojan como simples "eslogan" de una campaña publicitaria:

- Éramos felices y no lo sabíamos.
- El mundo no cambió, cambiamos nosotros.
- Saldremos a una nueva realidad donde valoraremos al otro, cuidaremos la naturaleza...
- Aprendimos a reconocer lo que es verdaderamente importante
- Nos reinventamos para ser mejores.
- La naturaleza ha recuperado su espacio... 

En nuestra autocomplacencia hemos comprado la idea de que esta situación nos ha hecho mejores seres, comprensivos, sin egoísmos, conscientes de nuestro rol en el mundo; en síntesis, encontramos  el ingrediente que le faltó a Nietzche para convertirnos en "superhumanos". Sin embargo el comportamiento de los turistas en el Cañón del Combeima es tan solo una pequeña muestra de todo lo contrario... 

¿Será que no hemos aprendido nada?

Como si el asunto de las basuras no diera en qué pensar, el pasado viernes en Colombia se realizó una jornada comercial donde los compradores podían adquirir productos sin pagar el impuesto sobre las ventas. El objetivo, según el Presidente, era reactivar la vida productiva y dinamizar la economía con responsabilidad. ¿Qué sucedió? miles de personas salieron a las calles a la caza de "imperdibles oportunidades". las imágenes registradas de la jornada dieron cuenta de algunos almacenes atiborrados de personas y las críticas no se hicieron esperar. El ministro de salud declaró candorosamente que la responsabilidad no solo era de los almacenes sino de las personas que debían estar comprometidos en su autocuidado. (El gobierno debería contar entre sus asesores con sociólogos y psicólogos...)    
 
Pero al parecer nos gobierna la "filosofía del Avestruz", con nuestra cabeza inmersa en una estrecha, egoísta y segura realidad; confiados en la premisa: "Aquello que no se ve no existe o no importa." Tanto los desobligantes turistas como los frenéticos compradores no podían ver más allá de sus actos, estaban preocupados por satisfacer sus necesidades ajenos a su rol como seres que hacen parte de algo más grande ¿Y nosotros? ¿Acaso somos diferentes? ¿Somos más conscientes?

O tal vez estamos cómos delegando la responsabilidad en los demás, en los líderes, la autoridad, el estado o Dios. Finalmente no es asunto nuestro. Quizá con el tiempo terminaremos diciendo cosas como: "Acá no hay canecas, nos tocó dejar la basura allí." o "Este es un sitio turístico, debe haber alguien encargado de recoger los restos." o ante una irresistible promoción digamos "Si el gobierno autorizó este día, es porque el virus lo deben tener controlado." o "Eso del virus no es tan cierto. No conozco a nadie que se haya enfermado de eso." o "Que cada quien se salve como pueda."

¿Quizá no hay remedio?
 
Esta semana presentaron en un noticiero**, una entrevista con el expresidente uruguayo Pepe Mujica. En ella le preguntaron su opinión sobre el cambio que se esperaba de la humanidad por cuenta del virus, a lo que respondió: "No hay ninguna magia que nos asegure que cuando pase la pandemia seremos menos egoístas... " Explicaba su posición en el hecho de que todo cambio en la sociedad requiere de un proceso y este no se daba de la noche a la mañana. Por ello alentaba a las personas para seguir creyendo en un mejor futuro pero sin cruzar los brazos, porque para construirlo se necesita seguir luchando por los ideales, realizando pequeñas pero constantes acciones que permitan influir en la transformación que necesita la humanidad. 

Tal vez debamos salir un poco de esa ensoñación en la que nos encontramos, sacar la cabeza de ese hoyo que nos estrecha la realidad. Tal vez necesitamos mirar un poco más allá y comprender que la libertad de hacer lo que queremos lleva consigo una inmensa carga de responsabilidad y sensibilidad por el otro, por el entorno, por el mundo que habitamos... 

Feliz día, feliz noche, feliz momento...


* https://twitter.com/NoticiasCaracol/status/1273104639404244993?s=20

Comentarios

  1. Triste realidad!! El tema es conciencia.. y no existe .. En alguna oportunidad escuche una palabra feisima para mi gusto "Importaculismo".. podria ser la que aplique en esta época.... con cual se podria reemplazar????

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