¿Somos capaces de perdonar?

Hace unos días, decidí escribir sobre una pregunta que muchas personas han tenido que resolver: ¿Debo continuar con mi pareja a pesar del engaño?. Varias lo han resuelto más por presiones sociales que por propia convicción, otros menos afortunados, por que no encuentran opción... Cuando escribía sobre ello, siempre pensaba en que "todo depende", claro, de como se dieron las cosas, las personas involucradas, etc. Lo curioso con las opiniones plasmadas allí es que pocos estarían de acuerdo en intentarlo de nuevo... pero esa es la naturaleza humana, en condiciones normales o controladas somos capaces de todo. ¿Diríamos lo mismo si estuviéramos perdidamente enamorados?. El punto sin embargo es saber si somos capaces de perdonar de verdad.


Una persona me decía: "Es que puede que lo perdonen a uno, pero a la primera discusión, saldrá ese tema  a relucir"... y tiene razón, una traición de amor, o de confianza, es difícil de perdonar y simplemente olvidar: "Mi amor, haremos de cuenta que nunca pasó"... Permítanse dudarlo...

En una pareja, el engaño es como un martillazo en la pared, lo podrán pintar, tal vez olvidarse de él, pero de vez en cuando recordarán que allí está. Por eso la paciencia y el compromiso mutuo harán de esta dificultad una oportunidad para fortalecer la unión. Entiendo que es un riesgo, y hay quienes no valoran la nobleza de ciertos corazones. Por eso el carácter debe prevalecer y si la persona no valora el perdón, sin ira, pero con firmeza se le dirá: "adiós por siempre"... o que, ¿dos veces? ja!.

En este punto si quiero llamar la atención sobre unas cositas. Primero, se trata de un asunto de pareja. Cuando se toma la decisión de continuar, ambos deben comprometerse a poner de su parte. Los amigos y familiares, si no van a apoyar: que se mantengan al margen. Segundo, cuidado con actuar. Normalmente el que comete la falta se porta sumiso, condescendiente, amable, tierno, etc, como diciendo: "mira, estoy cambiando" pero si nunca era así, no durará ni 15 días en ese tonto plan, además nadie se lo va creer (bueno, no falta...). Los compromisos son hechos a cumplir, no pantomimas. 

Tercero, definitivamente la parte más difícil la lleva quien perdona, para ella esto es un "salto de fe". No quiero decir que el otro no sufra, claro que sí! debe lidiar con sentimientos de culpa, ansiedad por recuperar confianza y muchas cosas más. Pero el que acepta dar vuelta a la página, tendrá el mayor de los retos... ¡Además de no saber si será capaz!. Podrá tener las mejores intenciones, pero no se le puede culpar si en el camino decide no continuar... Tal vez no cuente con las herramientas para cubrir ese golpe en la pared de su corazón.


Ah, pero se puede presentar la otra cara de la moneda...

Cuando quien perdona aprovecha la situación para sacar ventaja de ella. Puede que sea consciente o no, pero  puede asumir una posición dominante en la relación. Esto es, asumir que tiene derecho a "hacer lo que quiera" pues considera que la otra persona no tiene por qué llamarle la atención sobre algo. (Si, ese subjetivo sentido de justicia que llevamos todos...) Esto puede llevar a manipulaciones, maltratos o humillaciones. "¿cómo me va decir algo si yo le perdoné?". Un momento, eso no es brindar perdón, eso es tazar la venganza. ¡Y la otra persona no tiene por qué tolerarlo!.

Todos llevamos huellas tristes y duras en nuestra vida, pero somos capaces de trazar caminos para seguir adelante. De lo contrario viviremos en el pasado, perdiéndonos el presente y limitando el futuro. Cuando el reto es en pareja y se toma la decisión de asumirlo, cada quien debe hacer su parte. De no ser así, lo que podría ser una oportunidad se convertirá en la crónica de un fracaso...

Y me encontré con esto: "El amor más fuerte es aquél que puede mostrar su fragilidad." Paulo Coelho 

Dulces pensamientos...

Comentarios