"El hombre es la medida de todas las cosas"

"El hombre es la medida de todas las cosas"
Protágoras- sofista griego



Indignaos los unos a los otros como la sociedad os lo ha demandado.

De un tiempo para acá se dice que nuestro país se encuentra polarizado. Sí, como los extremos de un imán, como la tierra, como las pilas alkalinas. Así de simple... o por lo menos eso nos hacen creer los medios y políticos de turno. Al parecer este asunto de la polarización no es más que el resultado de la simple e infalible fórmula: "divide y vencerás" propia de nuestros apreciados líderes preocupados por el bien común.

¿En que me baso? bueno, a todos les da por opinar sin mayor fundamento que la observación ¿porque no lo haría yo?


No hay arrebato infantil en mi respuesta, es tan solo el resultado de una expresión madura, libre y auténtica de mi pensamiento. Tan auténtica como la mayoría de cosas que solemos encontrar en redes sociales, discusiones, columnas de opinión, foros o entrevistas. Si se piensa un poco, concluirán conmigo que la mayor parte del tiempo hablamos sin más sustento que nuestras propias creencias, las cuales tenemos tan arraigadas en nuestra mente, que pocas veces nos permitimos cuestionar su validez o pertinencia.

Sigamos hablando de los polos (-+) pero consideremos lo siguiente...

Por más baja autoestima, la mayoría de nosotros tenemos una imagen favorable acerca de nuestra "moralidad" en relación a la de los demás. Es decir: Somos personas de bien, no hacemos mal (sin justa causa por lo menos), queremos lo mejor para nosotros, nuestras familias, para las personas que amamos. Queremos progresar, tener bienestar, ser respetados y un larguísimo etcétera. Pregunto: ¿Podría alguien identificar alguna filiación política en las palabras que acabo de exponer? 

Ahora bien, para simplificar, el país políticamente se mueve en dos frentes ideológicos o líneas de pensamiento. Una línea es de "Derecha", la otra lógicamente es de "izquierda". En el medio se mueve toda serie de tendencias influenciadas por sus anhelos particulares. Con el reduccionismo propio de los políticos, los adeptos de cada vertiente han terminado no por discutir sobre los fundamentos de su filosofía política, sino en desprestigiar a sus contrarios, los cuales representan claramente la “insensatez propia de aquel que niega la realidad...”

La simplificación ha llegado a tal punto que nos dividimos entre buenos y malos... Sensatos e insensatos... "Yo si se y vusté se equivoca..."

Hace unos días, mientras esperábamos el comienzo de una reunión, dos personas empezaron a dar sus opiniones sobre la actual situación del país y la ineptitud de la clase dirigente. Bien sabía el venezolano Carreño que no era prudente hablar de política o religión en la mesa, y por analogía, en un evento social. Dicho y hecho, la conversación ya se había tornado (bochornosamente) en una acalorada discusión. En un aparte de la misma se dijeron lo siguiente:

- ¿De dónde saca eso que acaba de decir?
- ¡¿Cómo que de dónde?!. Sucede que yo sí leo, sí me informo, sí analizo.
- ¿Es decir que los demás no?
- No estoy diciendo eso, pero la verdad es que la gente habla sin saber...

La discusión llegó a un aburridísimo callejón egocéntrico que derivó en otro sin salida, en donde cada quien tenía la razón sin siquiera escuchar a su interlocutor. Bueno, si se escuchaban atentamente, pero solo porque esperaban un error o una imprecisión para aprovecharse de ello, poder ridiculizar a su contrario y reforzar así sus propias opiniones.

Creo que coincidimos en que insultar al prójimo no está bien. Pero si se tienen las razones correctas para hacerlo, al parecer deja de ser un acto reprochable.¿No es así? Nos gusta hablar de voluntad, libertad, capacidad de elección, individualidad... pero si aparecen otras personas que desestabilicen aquello en lo que creemos, preferimos que "los contengan o limiten", no sea que se desborde demasiado su entusiasmo. En el fondo preferimos rodearnos de personas que piensan como nosotros. Es un sentimiento básico de seguridad, protección. Preferimos excluir y levantar muros para no tener que lidiar con otras visiones del mundo. Una frase para ello sería: "Mi mundo se convierte en aquello de lo que suelo hablar".

La nueva filosofía parece ser: Yo estoy bien, los demás están mal
¿Y por qué no? Gracias a nuestra capacidad individual para justificarnos y justificar a otros, nos convertimos verdaderamente en la medida de todas las cosas... de todas las cosas que nuestras creencias nos permitan ver, claro está... 

Sin embargo, lo anterior no es más que una visión individual y egoísta de la realidad. Hemos pasado de perseguir los ideales sobre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto; a crear una ética particular, de sastre: a la medida de cada quien. 

Nos creemos seres pensantes, pero cada vez  somos más reactivos. No nos detenemos a pensar. Toda acción en contra de una persona, grupo social, religioso, etc es la respuesta subconsciente a la frustración, ignorancia, encono, dolor o miedo. Es decir, somos dominados por nuestras emociones y por aquellos quienes las manipulan. De allí que muchas personas sean capaces de hacer cosas que en otro momento serían impensables para ellos mismos. 

La época Nazi es un claro ejemplo de ello. Tal fue la manipulación ideológica, que de un momento a otro los vecinos se volvieron irreconocibles - irreconciliables. Los vecinos, otrora grandes amigos, ahora se señalaban, acusaban, condenaban sin el menor pudor. (Algo parecido a nuestra época de trapos rojos y azules en Colombia...) 

Si todos somos personas de bien, que queremos lo mejor para los seres que amamos ¿cual es la razón de estar tan divididos? De seguro no hace falta reflexionar más, hablar y debatir sobre las cuestiones fundamentales de nuestra vida. Pero no tenemos tiempo para eso, preferimos seguir pasivamente aceptando lo que alguien más representativo nos diga. Con una visión prestada, individual, alejada del prójimo, nunca podremos crecer como sociedad... como esa sociedad que en el fondo todos anhelamos...


¿Y si empezamos a tertuliar?🍵

Definiciones: 
Polarizar: Hacer que se opongan dos o más tendencias o posturas.
Creencias: Idea o pensamiento que se asume como verdadero. Conjunto de principios ideológicos de una persona, un grupo social o un partido político.

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