El príncipe o el corcel...

Escena de la película: El amor en los tiempos del cólera.
Hablaba hace tiempo con una amiga acerca de las personas que llegan a nuestra vida, en un sentido afectivo claro está; y lo difícil que parecía a veces tomar decisiones en torno a intentar una relación o no. De hecho existe una expresión que se utiliza en estas circunstancias: "conveniencia". Si, esta palabra sale a relucir más fácil cuando estamos aconsejando a los demás para que terminen una relación: "no te conviene, no sigas allí" pero bueno, en materia del amor nadie escucha consejos cuando razona con el corazón. Pero, para no desviarnos del tema, la palabra mágica no siempre dicta los designios del afecto y la pasión. De ser así, empezaríamos una relación con amigos o personas que no nos gustan realmente.

Aclaro, hoy no hablaremos sobre los amores que surgen de la amistad, ese es un tema que nos podría conducir por laberintos propios de las más ingeniosas tragedias griegas... ¡Y con Minotauro incluido!. ¿Entonces?

Pues bien, conozco personas a quienes les "llueven" propuestas amorosas (en mi caso, con dos ya lo consideraría diluvio), puede que a otros no tanto, pero es probable que alguna vez en la vida alguien nos manifieste su interés por nosotros, y en ciertos círculos de amistad se encuentren diálogos más o menos así: "¿Y que tal, te gusta?", "Le conozco y me parece la persona indicada para ti", o tal vez "Aprovecha, se ve que le gustas mucho". En fin, no soy libretista. Lo cierto es que los demás siempre estarán prestos a aconsejarnos y motivar el inicio de una nueva novela amorosa, donde los protagonistas de turno somos nosotros.

¿Pero que hacemos si a toda luces esa persona parece ser la indicada... pero no nos gusta?

¿Un Príncipe azul que no inspira ni un mal pensamiento?: ¡Nada que hacer!.

Independiente de maquinaciones, conveniencias sociales o políticas, la mayoría de mortales no se animarían a una relación con alguien que no les atrae. Las personas cercanas se podrían sorprender y decirnos que lo pensemos, que lo consideremos, etc. Por supuesto nuestros argumentos para rechazarle son también sólidos: "No me gusta... ¡Somos amigos!... Es buena gente, pero no más que eso... etc. Lo cual es completamente válido. Bueno, ¿pero que sucede si es al contrario?

Digamos que llega el mismo príncipe azul en su noble, hermoso corcel... Sabemos que el príncipe no gusta... ¿pero que tal que sí, el animal que monta?. Ya sabemos lo que dirán los demás: "¿Te gusta el animal ese?". 

¿Responderemos con la misma contundencia: ¡Nada que hacer!?. Así sepamos que no nos conviene, los argumentos también parecen ser sólidos: "Me atrae... Es especial... Me gusta mucho... etc".  Es decir, que en ambos casos, la atracción más no la argumentación, es el factor decisor. ¿Es esto cierto? Gobernados o por el corazón... o las hormonas... o la genética... Es decir, de todo menos la razón...

Afortunadamente no, de lo contrario estaríamos cambiando de pareja como si de ropa se tratase (Aunque hay personas que actúan así).  Somos maravillosamente complejos, nuestros actos llevan instinto, pasión y razón. En el plano afectivo, así como seleccionamos cuidadosamente a los amigos; así debemos hacerlo con las personas que amaremos... Si alguien se presenta en  nuestras vida, que nos conviene, pero no nos inspira amarle... pues le dejamos pasar. Por el contrario, si se presenta alguien que no nos conviene, pero nos atrae... pues también le dejamos pasar. ¿Por que? ¡Porque para para nuestras vidas merecemos lo mejor!

Dos cosas. Esta clase de decisiones se toman de forma temprana, sin dejar avanzar las situaciones. De lo contrario se hará más difícil con el tiempo. Por último, también debemos analizar los prototipos o "moldes" que tenemos en nuestra mente, y que no nos permiten aceptar a personas que jamás pensaríamos,  o bien; rechazar a otros que sabemos no serán buenos para nuestras vidas....


Comentarios

  1. En mi caso mas de 1 es borrasca! (ME GUSTÓ MUCHO)

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  2. Jajajajaja eres el mejor!!!!! No hay derecho a lo del Minotauro y al diluvio!!! Para mi espero tormentas, cumbres borrascosas, acción! :)

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    1. Por supuesto, si nos vamos a arriesgar que sea con toda la pasión!!!

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  3. De allí su encanto, su maravilla, su fatalidad...

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