Tanta Receta Para la Felicidad, También Indigesta.

Ha comenzado un nuevo año, y con él, las metas y propósitos se renuevan con la esperanza de  mejores vientos por venir. Para otros, no significa más que una fecha más, como cualquier otra. Pero hasta el más desprevenido, conserva en su interior una pequeña expectativa de cambio, y hasta enero se les figura como un tablero en blanco por garabatear.

Independiente de la actitud que se adopte, lo cierto es que en estas fechas proliferan los mensajes en redes sociales, correos electrónicos y teléfonos móviles, cargados con listados o “Recetas para la felicidad”, como si de fórmulas médicas se trataran. Diseñadas para rescatarnos de nuestro "letargo existencial", pero que a la larga no son tan positivas como parecen.


 Antes que nada, debo admitir que estos mensajes son mil veces mejor que el montón de sandeces que se suele compartir en redes. El punto es otro.

Y es que al parecer la humanidad tiene una especial fascinación por las listas. Desde un listado de compras hasta unas reglas de comportamiento, las listas resultan ser el mejor invento para simplificar la vida, así como para crear fórmulas que permiten alcanzar el éxito en diferentes frentes: "10 cosas que te harán exitoso",o "9 ideas para ser productivo",o "7 comportamientos que harán destacarte" o "12 hábitos de la gente millonaria y que puedes aplicar en tu vida", y un largo etc

Para completar, surgen también ciertas reflexiones disfrazadas de listas, firmadas con el nombre de escritores reconocidos (aunque sea falso), para que las personas digamos: "Oh, si lo dijo Jorge Luis Borges entonces debe ser algo trascendental y profundo". La verdad es que no hay que tomárselo tan en serio, hasta a los más intelectuales se les zafan pendejadas de vez en cuando. Como diría Facundo Cabral: "Nadie puede ser interesante y divertido todo el tiempo".

De hecho existen muchísimos textos, artículos, obras, ensayos, que nos invitan a la reflexión personal; pero este asunto de los listados... parece que pierden su objetivo inicial y terminan convirtiéndose en un bombardeo incesante que satura nuestra sensibilidad. Si piensan que exagero, les presento un ejemplo de este tipo de contenidos. Van más o menos así:

"Vive, corre, juega, ama sin mañana, planea sin pasado, salta, no temas el ridículo, baila con los ojos cerrados, abraza, viaja, atrévete, camina descalzo, ríe más, preocúpate menos, perdona, ahoga el odio, agradece, da, sonríe, sueña grande, vuelve a viajar, cómete el mundo..."

¡Paren!

Esto es vertiginoso... al cabo de la lectura queda uno con la sensación de que  no ha vivido, o peor, que uno es la persona más aburrida de este mundo. ¿De que van con todo esto? Más que invitarnos a reflexionar, parecen una colcha de retazos que marea de solo mirarla...

Si se piensa un poco en ello, la mayoría de mensajes o listas son frases desarticuladas, sin relación alguna entre sí, como si lo importante fuera simplemente la visibilidad de los mismos. Estamos en un momento donde no basta con ser nosotros mismos, nos piden demostrarlo a costa de aparentar. Facebook, instagram, twitter,  son solo una muestra. Sin  querer, podemos caer en la manía de compararnos con otros que "si están viviendo la vida al máximo". ¡Bah! ¿Si se han dado cuenta que los chismosos, que ven la vida de los demás desde sus ventanas, son los más amargados del pueblo?. No caigamos en eso.

¿No les parece que hay una obsesión con la felicidad? ¿Acaso aburrirnos, deprimirnos o angustiarnos nos hace estar mal? ¡Basta de tantos "iluminados" que pretenden decirnos como vivir la vida!.

Una cosa más. Si todos estos recetarios no fueran suficientes, ahora acuden a los datos científicos para motivarnos a seguir ciertos comportamientos.

Hace unos días me compartieron un video, bonito eso sí, sobre la importancia de abrazar para nuestra salud. Según estudios científicos los químicos del cuerpo se activan para hacernos sentir más plenos, satisfechos y felices. ¿Y qué con eso? ¿Empiezo a abrazar para mejorar mi ritmo cardíaco? no por conocer la composición química del agua, voy a aplacar más pronto la sed. Esto es un asunto de espontaneidad, sentimientos y convicciones.


Digamos que alguien piensa en estas cosas y dice para sí: "Oye si, debería reír más, abrazar más". Una vez llega a su casa, decide abrazar a su pareja e hijos. Va a su cuarto y la familia aprovecha para cuchichear:
- ¿Y a este que le pasa?
A lo que uno de los hijos responde: 
- Debe ser que viene de un seminario de motivación...

Cuando nuestros actos son sinceros, conmueven e impactan a otros. Por otra parte, si son obligados, generan el efecto contrario. Nuestras acciones son el resultado de lo que creemos. Uno no cambia abrazando, sino reflexionando en sus paradigmas... 

...Si eres un cretino, como crees que los demás recibirán tus abrazos?
...Si no respetas, ¿como crees que se ve tu sonrisa?
...Si no escuchas, ¿como crees que se siente un "me importas"?
...Si mientes, ¿como crees que se siente un "te quiero"?

Parecerá cliché, frase de cajón o lo que quieran; pero definitivamente lo más importante es nuestro interior. Lo que pensamos y sentimos sobre nosotros mismos, nos permite vivir la vida en plenitud. Solo un sano "amor propio", nos permite construir sanas relaciones y disfrutar momentos imborrables. No creamos que debemos ir muy lejos para empezar a disfrutar la vida... Con la familia, amigos y amores, sí que se ríe, llora, baila, canta, arriesga y se hace el ridículo, pero también se sufre, llora, angustia, padece y se acongoja, es decir, también se vive de verdad...

¡Un felíz día!☺

POSDATA: ¿Quién piensa en la serotonina y las endorfinas cuando se reencuentra con alguien que no ha visto en años, y en un abrazo siente que el tiempo se detiene? ¿De que sirve conocer la composición química del beso, si uno siente que en los labios de la persona amada se va la vida?. 


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