Acepto que Robes... ¡pero no tanto!

"No se puede ser bueno a medias". León Tolstoi

Iñaki Urdangarin. Foto: AFP
En estos días conversaba con un conocido sobre asuntos relacionados al trabajo. Sin darme cuenta, empezó a compartirme lo que pensaba sobre economía, salud, educación y otras cosas más, que invariablemente terminaban en críticas ante la actual situación del país.

Mientras le escuchaba con cordialidad, una afirmación llamó especialmente mi atención: Su posición frente al tema de la corrupción. Un fenómeno social que ha despertado las más profundas animadversiones, repudios, indignaciones, incluso en ciertos países las fuerzas vivas de la sociedad han provocado la salida de líderes de gobierno, o como recientemente sucedió; la cárcel para un  miembro de la realeza.
Pero sigamos con la "afirmación" que despertó mi interés. Esto fue lo que dijo sobre la corrupción:

"Bueno, uno no dice que "no roben", porque es mentira creer que ninguno roba. ¡pero que no sean tan ambiciosos!. Roben pero dejen obras, servicios para la comunidad, etc..."

En ese momento no supe que me sorprendió más:
  1. Saber que no era la primera vez que escuchaba algo similar.
  2. Que de la gente que ostenta del poder, no se espera un valor como la honestidad.
  3. Que es más práctico aceptar lo deshonesto como algo normal. Pero eso sí, cuando se abusa se ve feo.
  4. Que en cierta manera pensaba igual...
¿Hay alguien que le guste ser llamado ladrón? ¿mentiroso? ¿deshonesto?. Creo que a la mayoría nos molesta ¡Y mucho!. Es decir, le damos una gran importancia a la "Honestidad" en nuestras vidas ¿Verdad?

O depende...

Recordé las palabras de un ex-presidente de Colombia, Turbay Ayala, que en medio de las denuncias sobre corrupción en su gobierno, sentenció: "Hay que reducir la corrupción a sus justas proporciones". Bueno... Uno pensaría que el propósito es acabar con la corrupción, no reducirla a su justa medida... Pero al parecer la frase no difiere mucho de: "¡que roben, pero que dejen obras!"

Las presiones del poder político, económico o social, al parecer doblegan al individuo al punto de corromperlo. Al punto de olvidar las enseñanzas que en casa recibiera. Bien lo dijo Lord Acton "El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente".

Con esto dicho, ya podemos dormir tranquilos. Los corruptos son los poderosos, no nosotros. Antes de eso miremos las siguientes escenas:
  • Un billetico al agente de tránsito para evitar una multa.
  • Una gaseosa y papitas para la "señorita de la ventanilla", a ver si nos agiliza el trámite.
  • Una comisión al del banco que nos "ayudó" a que el crédito fuera aprobado.
  • Hacer un ensayo es difícil. Así que lo mejor será copiar de Internet un poco de allí, otro tanto de allá... ¡y terminado el trabajo del colegio/universidad!.
  • Ahora que estamos de mundial: Unos falsos binoculares eran en realidad recipientes para líquido. Con él se ingresó alcohol al estadio para "burlar" la prohibición de licor en estos sitios.
A favor alguien podría decir: "Oye, no es lo mismo engañar a un país que a un profesor". Pensar así es considerar que botar un papel a la calle no es tan grave como la contaminación de las megaindustrias. ¿Acaso olvidamos que las pequeñas acciones también cuentan?. Exigimos a los personajes públicos, artistas, deportistas o políticos, comportamientos que ni siquiera nosotros mismos tenemos.

Escena: Una empleada de una tienda nos da por cambio, más dinero del que debería. ¿Nos vamos sin decir nada, o devolvemos el dinero?. 
Una consideración adicional: La empleada nos atendió mal, por momentos fue grosera ¿Aún así, le devolvemos el dinero?

Saber lo que es correcto es fácil. 
Hacer lo correcto también es fácil.
Hacer lo correcto, sin importar las circunstancias, eso es lo verdaderamente difícil.

La situación que mencioné sobre los binoculares, realmente corresponde a un vídeo que circula por Internet, donde unos hinchas colombianos se burlan de la seguridad ingresando licor al estadio. Al final, una de las personas celebra entre risas el ingenio del grupo... En otra época, tal vez estaríamos celebrando el "ingenio" de estos colombianos. Pero las voces de rechazo que ha despertado el asunto, nos hablan de un cambio de paradigma, y aunque parezca pequeño, es un cambio por el que debemos apostar desde nuestra propia vida.

Marco Aurelio dijo alguna vez: "Ya no discutas acerca de si puede existir en el mundo un ser humano bueno y recto: urge que tú lo seas."


¡Les deseo un buen día!☺








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