¿Debemos intervenir en asuntos de pareja?

Fue hasta su cuarto, abrió el armario y tomó lo que necesitaba para llevar a cabo su cometido. Mi abuelo estaba dispuesto a darle plan a su vecino.

En estas tierras, el "plan" no solo significa una idea o estrategia elaborada previamente, para nuestros campesinos, es también la acción de tomar su herramienta más versátil, es decir el machete, y asestarle a otra persona un golpe con el lado de la hoja, no con el filo. Más que herir lo que se busca es dar castigo a alguien. Cuestión que de por sí requiere cierta habilidad (por favor, no intenten esto en casa).


Pues así hizo al enterarse de la canallada que había cometido su vecino. Una noche (como otras tantas) ebrio de licor, llegó a casa y golpeó a su esposa. Fue tal la indignación de mi abuelo al enterarse, que cruzó la calle, entró en la casa de su vecino y sin mediar palabra empezó a darle "plan" al desgraciado hasta sacarlo a la calle: "Vecino por favor - suplicaba - yo estaba borracho y no sabía lo que hacía" como si la justificación le ofendiera más, le espetó sin dejar de darle "plan": "¿Ah si? Pero si sabía dónde quedaba su casa y quién era su señora ¿no?"
Al parecer el señor aprendió la lección dejando atrás su reprochable comportamiento.
Surge entonces una pregunta:

¿Debemos intervenir en los asuntos de pareja?

Un amigo me contó que una vez vio una pareja discutiendo. De repente, el hombre levantó su puño y golpeó a la mujer. Furioso, se acercó a ellos, los separó y empezó a empujar al agresor, mientras le reclamaba respeto y algo de hombría, la mujer empezó a gritarle que no golpeara a su marido, que quién lo había llamado y que esto era cosa entre ellos. Mi amigo no pretendía una medalla de honor por su caballerosidad pero lo que menos esperaba era la reacción de la dama: "¡Pero le estoy ayudando!" Fue lo que atinó a decir. Un antipático "lárguese" fue lo que recibió a cambio...

Eso le pasa por meterse en lo que no le importa...

Por cierto, esta semana las noticias dieron cuenta de la muerte de una fémina a manos de su esposo. No era la primera vez que se presentaban las agresiones. Solo que esta vez tuvieron un desenlace fatal...

A veces meterse si que puede importar... 

Asumo que  la mayoría coincidirá en que no es prudente intervenir en las discusiones de otra pareja, finalmente desconocemos su vida privada. ¡Perfecto! ¿Y que me dicen de tolerar la violencia?. Son comunes las frases: "Para qué interviene uno, si a los cinco minutos están resolviendo sus problemas en la cama" o "El que se mete a redentor muere crucificado"
Esta y otra serie de ideas son las que hemos aceptado para alejarnos de los demás, para alejarnos del otro, para justificar nuestra indiferencia y no sentirnos mal por ello. ¿Que importa si estas parejas luego se reconcilian? ¿O es que debemos actuar esperando agradecimientos, premios y reconocimientos? Todos debemos ser conscientes de que estos actos no son justificables. Así de simple.

Afortunadamente son cada vez más las voces, desde lo público y privado, que rechazan estos comportamientos. Un ejemplo es la emisora Vibra Bogotá, que cada tanto rota mensajes en su programación haciendo un llamado a no tolerar esta clase de actos que dejan profundas huellas en nuestra sociedad.  La violencia intrafamiliar es un asunto complejo y no se puede juzgar a la ligera, señalar a las víctimas de "tontas" por no hacer nada, sólo es sinónimo de ignorancia. La sociedad debe estar atenta a evitar que se sigan sucediendo estas cosas, por eso nunca dejarán de ser suficientes las campañas en contra de la agresión en las familias.

Una escena como la reflejada en la historia del abuelo poco se da en la actualidad. Pero a lo que si nos puede llamar, es a dejar de lado tanta pasividad. ¿Entonces vamos a buscar correas, rejos, cables o lo que pueda funcionar como látigo para coger a "juete" al primer abusador que se atraviese? (se de más de uno que estará regodeándose con la idea).
De seguro que no, pero si podemos empezar por educarnos a nosotros mismos, a nuestras familias y cercanos. Hay que dejar de tolerar estos actos entre nuestros conocidos. Además de las denuncias a las autoridades del caso, el rechazo social es también una herramienta. Si un amigo cercano, (o quizás nosotros mismos) se encuentra en esta situación procuremos ayudarle. Bien sabemos que la ayuda de un profesional o una búsqueda espiritual, pueden llegar a transformar vidas. Lo importante es no ser indiferentes... Como bien lo dijo el líder religioso estadounidense Martin Luther King:
"No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena"

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