"Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido.
Ahora es el momento de comprender más, para temer menos."
Marie Curie (1867-1934) Física francesa.
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Imagen tomada publicación Revista Semana |
Si bien un acto de esta índole despierta un natural rechazo por su cobardía e insensibilidad, la reacción evidenciada en redes sociales derivó en una andanada… que digo, en una “cascada” de improperios, acusaciones, insultos, odios entre unos y otros. Esto sin contar las prematuras conclusiones, intromisiones de curiosos o la circulación de irresponsables “cadenas informativas”, alimentadas por ese afán mediático por la primicia... ¡Como si enterarse prontamente de algo fuese sinónimo de estar informado!.
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Ariana Grande |
¿Cual fue la reacción? Conjeturas e improperios llenos de ira que culpaban a unos y otros por lo sucedido. En el entretanto, los familiares o cercanos a las víctimas expresaban su pena depositando en el lugar amorosas flores perfumadas de dolor…
Sí, tal vez no se puedan comparar. En un lado las víctimas despertaron solidaridad, en el otro… poco importaron.
"Nuestra sociedad está enferma" han sentenciado muchos al referirse a estas y otras manifestaciones negativas en nuestro país. ¿Por qué será que todo tiene que ser visto en términos de cura y enfermedad, bueno y malo?. No me gusta pensar que nuestro país está "enfermo" (socialmente hablando ¿ok?). Es más un asunto de temor, de un temor que ha crecido a lo largo de muchos años, que habita como un huésped en nuestros hogares, en nuestros corazones...
Y un acto terrorista busca principalmente eso: Atemorizar. Su acto es como una enredadera que de a poco llega a cubrirlo todo. Los actos terroristas buscan acobardar a una sociedad, dominarla bajo la sombra de la incertidumbre, volverla desconfiada mediante la zozobra y lo inesperado de sus actos. En la medida que nuestro temor se acrecienta, nos volvemos más desconfiados... desconfiamos del vecino, de conocidos, de nuestro entorno, del futuro. Sí, el temor nos aleja, nos hace cada vez más individualistas, menos sensibles al otro.
Tal vez eso es lo que en verdad esconden esas inesperadas manifestaciones en los días posteriores al atentado. La inusitada insensibilidad es solo la manifestación de no entender, de la desconfianza hacia los líderes actuales, de la natural necesidad de buscar culpables, de la incapacidad de aceptar los hechos... (A esto los medios de comunicación no aportan mucho dado su inescrupuloso afán por la primicia y los puntos de raiting).

Enlace de interés: http://www.semana.com/nacion/articulo/atentado-en-andino-francisco-de-roux-habla-sobre-la-union/529069
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