Los padres ahora pueden revisar el correo de sus hijos

En estos días, la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo sin precedentes en la legislación nacional, (por lo menos así lo titulaban en el noticiero) el cual otorga la potestad a los padres de poder verificar, sin una orden judicial; los correos electrónicos y las redes sociales que frecuentan sus hijos con el fin de protegerlos ante amenazas a su vida o integridad.

Estaba de visita en casa de mi madre cuando emitieron la noticia. Ella no podía dar crédito a lo que estaba escuchando: "¡Ah, ahora me van a decir como debo criar a mis hijos!." - dijo visiblemente molesta-. "¿Resulta que debo pedir permiso para vigilarlos o decidir que es lo mejor para ellos?". Por supuesto ya todos sus hijos somos mayores de edad, y lo de verificar correos o preguntar con quien hablamos hace mucho que dejó de ser su preocupación, pero en aquel momento ella era la voz de todos los indignados padres del país...

Bueno, al parecer no de todos...

Contextualicemos el fallo: Todo comenzó por el caso de una menor de 12 años quien estaba bajo el sometimiento de un adulto que conoció por internet. La prueba clave sobre los abusos eran unos correos electrónicos que la menor sostuvo con el avezado sujeto. El abogado del acusado argumentaba que dichos correos eran privados, por tanto las pruebas no eran legítimas. El asunto concluye en que la corte determinó que la madre de la menor fue la que abrió la cuenta de su hija años atrás, por tanto tuvo el consentimiento de la niña en su momento, luego entonces la mamá podía aportar su contenido como prueba... ¡Que delicado asunto por favor! A veces las leyes y normas son tan precisas que olvidan el sentido común.

Por suerte la madre reaccionó en su momento y pudo salvar a su hija de aquella pesadilla. Pero no faltaron los comentarios de esas personas que gustan de juzgar: "¿Como no se dio cuenta? ¿Donde estaban los padres en ese momento? ¿Cómo pudo descuidarse tanto su madre?" y un extenso etcétera.

En cuanto al uso de internet, nadie puede decir que está libre de que cosas como estas, pasen en el seno de su familia. Y es que no solo de niños se trata, con solo observar las referencias de adultos que son engañados desde la comodidad de sus computadores y dispositivos móviles, cómo no preocuparse por los menores con sus criterios aún en formación.

¿Entonces la solución es revisar cada paso que dan, cada conversación que sostienen, cada llamada?. Mientras pensamos en la respuesta, vale la pena analizar algunos padres que pueden llegar a ser sumamente asfixiantes con sus hijos, sobre todo aquellos que en su juventud hacían cosas a escondidas de los suyos. Una amiga me decía: "Ahora que tengo a mi hija me acuerdo de mi mamá. Yo hacía muchas picardías, (risas) y ni cuenta se daba... por eso a mi nena la mantengo vigilada ¡no sea que me pase igual!".

Sin embargo algunos expertos aseguran que tanta protección o intromisión en la vida de los hijos genera el resultado contrario. Es decir, al sentir que su privacidad es invadida, ellos empiezan a hablar menos de sus cosas personales, se vuelven más retraídos, hay más secretos y los padres terminan sabiendo menos de sus vidas. Además existe una verdad que todos sabemos: ¡el que quiere hacer "lo prohibido" siempre encontrará la manera de hacerlo!. ¿entonces?   

El asunto debe apuntar más a la confianza. Pero una confianza fundamentada, no ilusoria. "Los jóvenes de ahora nacen aprendidos, saben más que uno" escuchamos con frecuencia. Pero es esta clase de pensamiento la que termina por formar la idea de que los demás están obligados a formar a los infantes: Estado, sociedad, colegio, etc. Si la confianza está depositada en estos elementos, pues que frágil resulta ser. La confianza se puede definir como la esperanza firme que una persona tiene en que otra persona actúe como ella desea... y para eso se necesita que en los hogares existan sólidas bases: valores, conocimiento y comunicación. 

Así como nos enseñaron a tomar el bus, cruzar la calle, o montar la bici; el contexto actual obliga a los padres informar sobre el manejo de las redes, las ventajas y amenazas latentes en internet. Pero para que eso suceda, estos se deben interesar en el tema, estudiarlo, informarse para así poder hablar con propiedad ¡Es que es una obligación!. Eso de decir simplemente: "mi hija es muy inteligente., enciende el computador y empieza a mirar cosas, descargar, hablar... ¡de todo, yo si acaso se mirar mi correo!" es preocupante. Y como si fuera poco, lo dicen como lo más gracioso...

Nadie puede hablar de lo que no conoce, y si lo hace; en breve perderá el respeto que por el se tiene. No se trata solo de saber que cosas ven los hijos, es tener la capacidad de hablar de eso.

Cuentan que personalidades de la informática como Steve Jobs o Bill Gates, limitaban el uso del computador a sus hijos a máximo una hora diaria, solo accedieron a los mismos cuando tuvieron aproximadamente 10 años de edad, y que incluso en sus hogares solo había una computadora, la cual se compartía pues era para el uso de la familia... ¿Interesante verdad? 

Por último, cuando alguien revisa cada cosa que otra persona lee, escribe o conversa, el mensaje que transmite es: "No confío en ese o en esa...". Y la falta de confianza distancia a las personas. Creer en el otro es un asunto de tiempo, no se hace de un momento a otro. Por más que se crea en los hijos, los padres siempre deben estar atentos a lo que estos hacen, pues a criterio de expertos un poco de seguimiento siempre será sano. Lo importante es promover sólidos valores, respetar al otro, y transmitir la confianza necesaria para que el diálogo nunca se levante de la mesa...


Tal vez sea necesario dedicarle más líneas a este tema... Les deseo un buen comienzo de semana.




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