Lo Que Sale de Nuestra Boca

Esta semana estuve inmerso en una reunión de trabajo, donde cada quien aportaba ideas para sacar adelante varios proyectos. En medio de las intervenciones, alguien se me acercó y me dijo en tono confidente: "Eso podrá sonar muy bonito, pero es difícil que se lleve a cabo".

No se cuantas veces nos han dicho que los sueños se pueden cumplir, que si visualizamos un futuro lo podremos hacer realidad, y no sé cuantas frases motivadoras más... Pero ahí estábamos, planeando un proyecto; pero poco convencidos de que se pudiera llevar a cabo...

Tal vez no baste solo con imaginar o soñar, tal vez nuestros anhelos deben ser más aterrizados, es decir: "Soñar con los pies en la tierra". Lo cierto es que nos estábamos rindiendo sin siquiera empezar, derrotándonos sin siquiera intentar...

Algunos dirán: "Bueno, estamos hablando de trabajo, cierto?", pero sucede que esta clase de actitudes vienen de nuestro plano personal, de la forma en que pensamos, de la forma en que hacemos frente a nuestra realidad, de la forma en que definimos nuestro vivir...

Sin darnos cuenta, a veces nos decimos que no podemos alcanzar ciertas metas, construir otro mañana, o que no merecemos ciertas cosas de la vida: salud, armonía, bienestar, dinero... amor...

En nuestro interior reside una fuerza poderosa llamada pensamiento. Ella puede llegar a ser nuestra mejor aliada, o nuestra peor enemiga. Algunos pueden considerar que esta es una forma simple de abordar el tema, y no faltará quien diga: "¡Entonces nos quiere decir que sólo necesitamos pensar positivamente, que novedad!".

Tampoco, pues no es la idea emular a un Miguel Angel Cornejo, Vujicic o Tony Melendez en este escrito, más bien es llegar a repensarnos un poco. Y seamos sinceros, Podríamos asistir a sesiones con grandes motivadores, hasta sentir el mundo del tamaño de nuestras manos, pero si nos maltratamos en nuestro interior, de nada servirá... la motivación nos durará a lo sumo una semana.

...Somos amos de nuestra actitud ante la vida...

Pero las palabras nos delatan... Deberíamos prestar atención a nuestros predicados, a nuestras frases, incluso las más comunes, ¿Qué decimos casi mecánicamente? ¿Cuales son nuestros principales temas de conversación? ¿Que decimos cuando estamos bien... cuando estamos mal?. ¡Tal vez nos sorprendamos!.

Es difícil intentar un proyecto si no creemos en nosotros, es difícil superar un obstáculo si nos vemos pequeños, es difícil recibir sonrisas si estamos amargados, es difícil amar si no nos amamos... Y por más que nos pasen cosas buenas, no dejaremos de quejarnos. Cuenta una historia que en el vagón de un tren, viajaban un joven y una anciana. al caer la noche ella empezó a quejarse de una terrible sed. El joven quería dormir, pero eran tal los quejidos, que no tuvo más remedio que buscar un vaso de agua. La anciana lo recibió agradecida. Y cuando el joven iba a empezar a conciliar el sueño, la mujer empezó a decir con más fuerza: "pero que sed tenía, ¡Dios mío, que sed tenía...!"

Y así nos pasa...

Por eso debemos fortalecer nuestro ser, aceptar que podemos apropiarnos de nuestra felicidad. Tal vez nuestro entorno, familia o amigos nos hayan limitado en el pasado, pero fácil sería quedarnos ahí;  pues en el fondo sabemos que donde hoy estamos, es el resultado de lo decidido ayer. Así que la invitación es a no quedarnos solos: alimentemos nuestra espiritualidad, seleccionemos nuestros amigos, nuestras actividades, lecturas, etc. ¡Seamos cuidadosos! Entendamos que somos como un hermoso recipiente, del más fino cristal; y que en nosotros está decidir cual será su verdadero contenido... 

Feliz semana

"No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre." Mateo 15-11

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