Soltar el Ancla

A riesgo de parecer que aquí se citan frases de cajón, recordé ésta que servirá de "abre-bocas", para lo que hoy nos convoca en esta tarde de septiembre:
"Si amas a alguien, déjalo ir... si vuelve, es tuyo; si no, nunca lo fue..."

Supongo que les es familiar. Pues bien, la frase es muy bien intencionada, porque en la realidad no es tan fácil de aplicar. ¿Cuando se le debe dejar ir? ¿Cuánto tiempo hay que esperar? ¿Si vuelve... tenemos que recibirlo?. Como diría el gran Einstein: "todo es relativo".

Oh, pero tratar de resolver esta complejidad no será el tema de este artículo. En cambio, nos referiremos a aquellos casos donde "Se deja ir" al amor, pero en realidad es el comienzo de una pesadilla...

Mi amiga estaba contenta con su nueva pareja, ¡todos los días eran primavera!. Todo marchaba bien, hasta el momento en que una sombra del pasado, empezó a desequilibrar sus vidas: Se trataba de la "ex" de su amor. 

Nuestra sociedad actual expone, sin restricciones; los aspectos públicos y privados de nuestra
existencia. Por supuesto, nosotros lo hemos permitido, y aunque tratemos de ser lo más privados posible, no estamos solos... Pues bien, esta situación abre las puertas para que alguien, con unas gotas de obsesión, varios kilos de tiempo libre y unos gramos de encono; nos pueda hacer una labor de "inteligencia" y un continuo seguimiento.

Este asunto estaba afectando la relación de mi amiga. La "ex" llamaba exigiendo explicaciones, o bien empezaba a padecer males, demandaba tiempo, enviaba misivas a conocidos de ambos, intercambiaba amistad por espionaje, y un largo etc. Mi amiga y su pareja, empezaron a ser más discretos, solo salían a planes familiares. Finalmente, él terminó hablando con ella claramente (varias veces). En la actualidad, las cosas han empezado a normalizarse poco a poco.

Antes de juzgar el actuar de esta persona, que a todas luces no es sano, debemos preguntarnos sobre como somos nosotros, y estar atentos para no comportarnos así.

Preguntémonos...
De nuestra ex-pareja... ¿Estamos atentos a su historial de actividades en facebook? ¿sus últimos trinos en twitter? ¿le contactamos para que nos cuente por que escribió tal o cual cosa? ¿Para saber si tiene pareja o si ha salido a fiestas últimamente? ¿Las amistades en común, son un puente para estar al tanto de las últimas novedades?. ¡Cuidado!... (por supuesto la lista puede ser interminable)

Las justificaciones para hacerlo también pueden ser muchas, pero hay una constante: ¡No aceptar la realidad!.

Me he topado con expresiones como "¡A mi nadie me termina!" "Si no es para mí, no será para nadie", "No me rendiré hasta recuperarle"... ¡En serio, Seguir en esta línea puede crear un caso más para CSI!.

Tal vez a nuestra vida hayan llegado personas maravillosas, que no quisiéramos que se hubieran ido... Sin embargo es parte de nuestro vivir y alguna misión tuvieron que cumplir en nuestro andar. Seguir adelante es realmente sano. Aceptar esto es encontrarnos al espejo con alguien más fuerte y decidido. Lo contrario es estar anclados, y sin importar lo que hagamos; el daño siempre será hacia nosotros mismos. ¡A soltar pues esas anclas que nosotros hemos creado!, finalmente a nadie podemos responsabilizar de nuestra felicidad...
¡Deseándoles una buena semana!











Nota: El tema lo seguiremos desarrollando en una segunda parte, sobre todo para tratar de resolver esas primeras preguntas...

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