Soltar el Ancla II

Si bien es cierto, en el anterior artículo publicado (cuyo nombre es el mismo salvo por el número dos (2) en romanos), se habló de lo importante que era saber dejar una relación atrás, también es
cierto que hizo falta hablar del tema desde otra perspectiva...

Así que con el propósito de zanjar el asunto, y de paso atender las sugerencias de algunos lectores, empezaremos por el principio: ¿Cuándo dejar una relación?.

Uno podría pensar que esta cuestión es difícil de responder. Sin embargo, una persona me dijo con cierta suficiencia: "Uno deja una relación, cuando se da cuenta que ese alguien ya no lo quiere a uno"... ¡Obvio! ¿cómo es que no se me ocurrió antes?.

Pero nuestras expectativas, deseos, temores o caprichos no nos permiten tomar una acertada decisión...

Terminar una relación no es fácil, máxime cuando uno está comprometido emocionalmente. Es decir, es más difícil cuando además de querer a esa persona; crees que las cosas aún pueden funcionar, que existe una oportunidad y que hay claras señales de poder recuperar el rumbo de la relación. Por eso, en este punto surge un planteamiento: ¿Por qué no intentarlo?

Más allá de cualquier ilusión, hay que ser honestos. Si la relación nos brinda respeto, seguridad, equilibrio y felicidad, bien vale la pena intentarlo. Pero si las dudas nos agobian, hay actitudes displicentes, agresiones y en general cuestiones que no hacen sentirnos bien con nosotros mismos,
quizás lo mejor sea empezar a prepararnos para el comienzo del fin.

Sin embargo, identificar estas situaciones y sobre todo aceptarlas es otro tema. Por eso lo mejor será tratar de plantear algunas señales que se presentan cuando las cosas no marchan bien, y nos permitan dar un paso decisivo:


  1. Promesas de Cambiar que no se cumplen: Aquí hablamos sobre todo de cosas que afectan seriamente la relación: Tener otras prioridades, líos con el alcohol, adicciones, desorden financiero, temperamento, etc. Este aspecto es una fuente inagotable de conflicto, y cada quien debe ser tolerante. Pero si se ha terminado antes por estas causas, y bajo promesas se intenta de nuevo, y no sucede nada... No hay más que hacer, ni esa persona cambiará ni nosotros le aceptaremos como es. Así que Adiós.
  2. Falta de Respeto: El respeto significa que nos traten como igual, con el valor que nos merecemos. Así que si esto se ha perdido, la relación ha dejado de ser sana. los insultos, humillaciones, esas frasecitas que de a poco buscan erosionar la autoestima, agresiones "desplantes", burlas o mentiras sin importar su grado o intensidad, son una señal inequívoca de ello. A preparar la partida antes que pase a mayores.
  3. Infidelidad: Este aspecto es complejo, y por más normal que pueda ser; si no nos sentimos bien con esta situación ¡No hay nada que discutir!. Adicionalmente, si se perdona, la piedra en el zapato será la confianza. Por más amor y comprensión, si la confianza no ha podido recuperarse, se estará nadando en arenas movedizas. Debemos ser honestos con nosotros mismos y aceptar que no podemos continuar.
  4. Familiares y Amigos no le aceptan: Para muchos no es factor decisivo para dejar a alguien, pero "Si el río suena es por que piedras lleva". Lo mejor es estar atentos, no sea que nos estén advirtiendo de algo que no hemos querido aceptar.
  5. Pérdida de interés: Ya sea que la persona pierda interés en nosotros, o nosotros en ella. Son muchas las señales de esta situación: Preferir compartir con otras personas, poca atracción, falta de tiempo, decepción (no era lo que se esperaba), indiferencia, añorar el pasado, etc. Sin embargo esto no es tan fácil de identificar, porque se da poco a poco y muchas veces no nos damos cuenta de ello.     

Es cierto que pueden ser muchas más las señales, pero lo importante es ser sinceros, sobre todo con nosotros mismos. Aveces identificamos que las cosas no van bien, pero el temor a estar solos, empezar de nuevo, o ciertos compromisos (familia, negocios, etc), pueden llevarnos a postergar una decisión mientras ahondamos en la infelicidad. Lo dijo Benjamín Franklin: "la peor decisión es la indecisión".


Por último, les comparto una última reflexión de Paulo Coelho: "Esperar duele. Olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar".


Comentarios