¿Nadie está dispuesto a ceder ni sacrificar?

Empezar de nuevo...
Nada más difícil cuando la desconfianza, las dudas o los engaños se han anidado en nuestras mentes y corazones... Alguien me decía: "¡Eso de intentar empezar de nuevo una relación es tan desgastante!". La incertidumbre es tal, que muchos prefieren no intentarlo siquiera.

Bueno, Haciendo una reflexión del pasado (aunque nos desviemos del tema); podríamos pensar que "la gente de antes", no se permitía la duda... Historias de noviazgos y matrimonios de toda la vida o compromisos desde muy jóvenes  nos llevan a pensar que encontraban la persona indicada y sin más dilación, empezaban un proyecto de vida juntos. ¿Y en la actualidad? bueno, la mayoría pasa de relación en relación, acumulando dudas, miedos e incertidumbres. Cuando encuentran la persona indicada, el proyecto de vida que empiezan a construir juntos suele ser tan frágil como el cristal...
¿Será que todo tiempo pasado fue mejor...?

Al parecer las familias, matrimonios y relaciones eran mucho más duraderas que en la actualidad.  Pero si miramos con detenimiento, muchas soportaron su "felicidad" en altos costos personales (Frustraciones, silencios, incluso humillaciones y agresiones...). La cuestión ahora, es que al parecer nadie está dispuesto ha sacrificar tanto. Las abuelas dirían: "Mijo, en la vida en pareja, se dejan de ser dos para ser uno". Mmm... Como ciertas canciones o películas: "tu y yo, ahora somos uno solo". ¿Así que en pareja, no hay lugar para
pensar en sí mismo?...

Otra persona me dijo: "Para que una relación funcione, uno de los dos tiene que dejarse dominar". Y lo dijo en serio. Su razonamiento se basaba en que sin sumisión, los dos estarían en constante lucha por el poder, por tanto las cosas no fluirían como debía ser, hasta el punto de preferir tomar rumbos opuestos.

"Ser uno solo".... "la sumisión"... ¡Esa ya no es la regla, sino la excepción! 

No hay que ser un genio para saber que nuestra sociedad occidental, tradicionalmente ha tenido la figura masculina como la dominante, fuerte, decisora... al punto que se le han permitido ciertas libertades (y libertinajes...). La mujer en cambio ha tenido suerte contraria. Sin embargo, desde hace varias décadas las cosas han cambiado, y ahora cada género se considera igual al otro (aunque aún existan resistencias al interior de la sociedad). 

Concluiríamos entonces, que como ahora cada persona se reconoce como individuo, en igual de condiciones y oportunidades... ¿cada quien quiere su satisfacción personal, a costa de sacrificar su relación o incluso una familia? ¿nadie está dispuesto a ceder ni sacrificar? 

¡Al contrario! estamos ante una gran oportunidad de evolucionar en nuestras relaciones. Si antes las cosas funcionaban, en la actualidad deben hacerse mejor. Como es posible que en una sana relación, con dos personas que se reconocen como iguales, se respetan, creen en las mutuas capacidades ¿no puedan construir presentes felices y futuros promisorios?. Tal vez sea por que en términos evolutivos aún estamos "a gatas".... Nos apresuramos con las relaciones, el entorno nos presiona para no dejarnos dominar, entre hombres y mujeres no llegamos a puntos medios para caminar por un solo fin, amigos y familiares alientan
decisiones que implican dejar todo atrás y un largo etcétera.

Más difícil que empezar de nuevo, es no dejar que las cosas terminen, por supuesto; cuando valen la pena. Somos personas valiosas, especiales, con todo el derecho de prodigar y recibir amor. Si nos aceptamos de esa manera, podremos reconocer en el otro los mismos valores, y solo allí entenderemos que las dificultades son en realidad la mejor oportunidad de fortalecer un profundo y duradero amor.

una frase...

"... la forma mas segura de acabar con una relación: Insistir en que las cosas se hagan a nuestro modo" 
Anthony de Melo


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