Una película llamada celos


En la literatura o en el cine, podemos ser testigos de increíbles creaciones: Mundos paralelos, historias inverosímiles, personajes de ensueño, fantasías que se mezclan con la realidad... Pareciera que la imaginación humana no tuviera límites. Aparte de estas dos expresiones artísticas también existe un lugar donde se proyectan historias que dejarían verde de envidia a Steven Spielberg, y se llama "mente", capaz de albergar un sinfín de pensamientos, que si tienen como ingrediente una pizca de celos... ¡Ah!, Se convierte en una poderosa fuente prolífica de películas que superan las producidas en Hollywood.

Así como los pingüinos, en nuestra cultura occidental queremos una pareja exclusivamente para nosotros; con una fidelidad a prueba de minifaldas o bíceps tonificados (según sea el caso). En la intimidad, las parejas se pertenecen, de la puerta hacia afuera; las dudas aparecen.

Es nuestra naturaleza, si es malo o bueno eso es otro asunto. A pesar de ello, muchas parejas se sienten muy seguras entre sí, las dudas no habitan entre ellos. ¿Pero cuando el caso es el contrario? ¿o lo que es más difícil, cuando solo es uno de ellos el de las dudas?. En ese instante los celos pueden perturbar cualquier armonía posible, sobre todo si se salen de control.

"Se salieron de control" me comentaba una amiga. "Me pasaba el día entero pensando posibles situaciones, llamándolo al celular cada 20 minutos y reclamándole cuando llegaba a casa... ¡Llegué al punto de pedirle explicaciones sobre las cosas que me imaginaba, pues las creía reales!". Algunos me dirán que esto es una exageración, pero nadie debería menospreciar el poder de la mente. Lo que piensas es tu realidad, y si lo refuerzas permanentemente adquiere mayor realismo. Es como si nuestra pareja llegara a casa con un cabello dorado en el hombro, y pensáramos: ¡Estaba saliendo con una persona rubia!, si fuera negro diríamos que con una trigueña, y si no encontráramos... ¡Es por que de seguro salía con una calva!.

Ante los celos no hay razones que valgan.

El por qué surgen, puede tener varias explicaciones: Inseguridad, desconfianza, miedo, cambios en el comportamiento, etc. De todas formas se presenta una circunstancia que los convierte en obsesión, es la necesidad de control. En todos los aspectos de nuestra vida queremos tener el control. En la actualidad pareciera que el destino solo es un viejo mito propio de las tragedias griegas, la sociedad nos recuerda que somos el resultado de lo que hacemos o dejamos de hacer... esto, como toda verdad humana; no puede tomarse como absoluta.

¿Cuál es el punto?

La necesidad de control nos domina tanto que ante el primer descuido, revisamos el celular de la pareja, o el facebook que haya quedado abierto mientras va un momento al baño, o nos hacemos detrás, como sombra; para tratar de escuchar lo que habla por teléfono... ¿Por que? por que no vamos a permitir que nos engañen, que nos "vean la cara", que nos crean tontos o débiles. Tenemos amistades que nos aconsejan: "es que si no estás pendiente... ¡te la hacen! les das un espacio y aprovechan..." etc. Es decir que si la persona no está cual espía con su pareja, el día que la engañen... ¿la culpa es de ella y no del infiel? ¿o la responsabilidad es compartida, uno por infiel y el otro por bajar la guardia?. ¡Por favor...!

No digo que seamos indiferentes con la pareja, celar aveces puede ser hasta galante, pero asumir el rol de agente de la C.I.A. no es vida, ni para el uno ni para el otro, pues todos los días serán de discusión. Como se dice coloquialmente:

"si te quieren engañar, te engañarán por más que lo evites..." Así como nos creemos ingeniosos para controlar, una persona lo puede ser para engañar... (sin distinción de género por favor).

Esto último lo terminó comprendiendo mi amiga. Me contaba que en un punto la convivencia se hizo intolerable, pero con el tiempo se dio cuenta que aquel que estaba controlando, solo estaba encontrando motivos para alejarse. Ha empezado a prestarle atención a sus pensamientos cargados de intriga, y ha decidido concentrarse en asuntos importantes, sus proyectos y familia. "No quiere decir que deje de pensar en cosas como: Que estará haciendo cuando no está conmigo. Sólo no les presto atención, me concentro en cosas positivas y en casa poco a poco todo ha empezado a mejorar...". Tal vez no sea la fórmula mágica, pero hacer esto le ha funcionado. Actualmente está más tranquila, menos angustiada, ahora duerme cuándo antes sus pensamientos no se lo permitían...

El tiempo hablará en esta situación...
mientras tanto los demás... a relajarnos un poco más... 







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