¡Amad!... pero no tanto

Entre música y café, mientras la tarde se deshojaba para alcanzar la noche; conversaba con cierta persona sobre lo valioso del querer. "Uno debe tener a alguien que lo quiera plenamente, sin guardarse nada para sí" me decía mientras tomaba su taza entre las manos. "Amores a medias no sirven, si van a amar que sea con todo el corazón". ¿Quien no ha pensado así alguna vez? (o muchas veces). Poder contar con una persona que brinde un amor profundo, sincero y duradero; no esos afectos que se evaporan al primer guiño en la calle... maravilloso, ¿verdad?...Bueno, depende...

Digo depende por que los: "te amo", "eres mi todo, mi ser y mi delirio", "sin ti la vida no tiene color y el dolor sería como un ave perenne en este mundo" pues... parecerán hermosos en un poema, pero en la vida real podrían no serlo tanto...


Recordemos por un instante esa sensación que se siente al encontrarnos con alguien apreciado y que no vemos en varios años. Nos damos un cálido abrazo entre sonrisas y recuerdos. El abrazo puede ser un poco extenso y dependerá de la carga de sentimientos que existan. Por supuesto llega el momento de separarse... pero... ¿y si una de las dos personas no quisiera hacerlo?. Probablemente al otro le faltaría el aire...

Antes de continuar, es pertinente aclarar que no quiero referirme a las relaciones conocidas como "intensas", esas que cada 15 minutos te están llamando para saber que estás haciendo, o que si estás en una reunión importante te piden que les envíes un sonoro beso por el teléfono... No, aunque pueden tener este componente.

Podrá parecer extraño, pero a lo que quiero llegar es que el "amor" debe tener límites, como todo en nuestra vida. Cuando los sentimientos, cualquiera que sean, se desbordan; dejamos de ser nosotros mismos, nos anulamos y pasamos a ser otra persona, una sombra extraña de aquel a quien le proyectamos nuestro sentir. Ejemplo de ello era el caso de una amiga inteligente y alegre. De un momento a otro, empezó a... no sé si odiar, pero de seguro a "detestar" a una persona de su oficina. Tanto así que cada vez que conversábamos, salía a flote alguna referencia sobre su compañera, hasta el punto de verme obligado a decirle que cambiáramos de tema, pues parecía como si no tuviera nada más de que hablar...
Con el amor puede suceder algo similar. Hemos sido testigos de amistades que empiezan a cambiar, a transformarse por decirlo de alguna manera. Ya casi no comparten con nosotros, si no hablan de sus parejas permanecen calladas por largos momentos... miran el teléfono, la hora en el reloj, parecen ansiosas... Por un momento pensamos que sus parejas no respetan el espacio de nuestra amistad... Sin embargo, al observar cuidadosamente; nos percatamos que ese no es el caso. Son ellas mismas las que prefieren estar en otro lugar...

Con esto, la línea entre amor y apego se desdibuja a medida que pasa el tiempo. Cuántos "sacrificios" que no se han solicitado son recriminados en los momentos críticos: "Dejé mis amistades por ti, dejé de hacer esto o lo otro para compartir más contigo, etc". Claro que ambos son responsables, pero debemos confesar que a veces se hacen cosas que nadie nos ha solicitado, por eso no pueden reprocharse. Es como si aceptáramos la invitación de nuestra pareja a recorrer museos, y después; con el tiempo, le dijéramos que debía agradecernos por ese sacrificio. ¡Eso no tiene sentido y es sólo manipulación!.

El punto es que sin darnos cuenta, para la persona que nos ama, nos hemos convertido en "su todo", su mundo, su universo... Algunos dirían: "soy muy afortunado", pero esto es un sofisma. Cuando nos enamoramos o decidimos amar a alguien, lo hacemos por lo que ese "otro" representa para nuestras vidas,  y difícilmente aceptaremos que nuestra pareja pierda esa esencia que nos enamoró alguna vez... pero si por concentrarse en nosotros, ese ser amado deja sus amistades, gustos,aficiones, intereses, estudios o arte... pronto dejaremos de quererle y respetarle. ¿Cómo respetar a alguien que se ha negado a si mismo?

Y las personas que les gusta esa condición, no son sino mediocres y timoratos, que quieren una pareja a la medida de sus miedos sin respetarles ni valorarles...

He comentado desde la perspectiva de ser amados por alguien, pero por supuesto podemos estar en el rol contrario. Hablando con verdad diremos que si esta situación se presenta al inicio de la relación, probablemente deseemos huir o terminar antes de que sea más complicado. Lo más difícil es cuando la relación lleva tiempo, y hemos sido permisibles con la situación, pues llegará el momento en que dejaremos de estar a gusto con nuestra pareja...
Por qué? Porque en nuestra vida queremos a alguien a nuestro lado, no detrás de nosotros. De allí la importancia de fortalecer nuestro interior y apoyar en este propósito a nuestra pareja. Las relaciones se construyen de a dos, y cada quien tiene su parte de responsabilidad. Por ello hay que dejar a un lado egoísmos e interesarse por los gustos del otro, sus aspiraciones, amistades o proyectos personales. Si cada quien enriquece su ser, de seguro podrán construir una relación sana y duradera, no una frágil enfocada en uno de los dos...

Les comparto una frase que encontré por allí:


"La buena vida consiste en amar y hacerse amar suficiente." Doménico Cieri Estrada (1954-?) Escritor mexicano.


...¿Cierto que si? ¡Una feliz semana!...








Comentarios