Tener ideal, no persona ideal...

Antes de dar inicio con un nuevo tema, quiero agradecer a las personas que de alguna u otra manera han alentado el continuar compartiendo ideas en este blog. En esta vida definitivamente somos aficionados, y cuando nos detenemos un poco para conversar o reflexionar, probablemente seremos cada vez mejores. Así que gracias, es valioso recibir ideas y comentarios, ("jalones" de orejas por no escribir), pero sobre todo el ánimo para continuar adelante.

Hace poco hice un recorrido sobre las huellas dejadas en este blog. Así que pensé sobre lo que podríamos estar buscando al hablar de estos temas y considero que la respuesta se puede resumir como en esa intención de encontrar el equilibrio entre lo ideal y nuestra realidad.

A través de nuestra experiencia, influencia de la sociedad, familia o amigos, hemos construido el ideal del amor o por lo menos, de la relación en pareja. Por más objetivos que intentemos ser, siempre asumiremos una idea sobre "lo que es y lo que debería ser". Como un ejemplo no solicitado, en la televisión nacional entrevistaron a un hombre; habitante del Llano, Quien asegura representar la dignidad masculina frente a los abusos femeninos... Bueno, para ser más exactos, este hombre representa un movimiento "machista" el cual está en contra de las "excesivas" libertades que la sociedad le ha otorgado a las mujeres.

Antes de juzgar a Beto Barreto (representante de este movimiento), como un hombre retrógrada, anacrónico o troglodita, la verdad es que en su mente existe el imaginario de la mujer ideal... de una relación ideal. Dentro de sus ideales el hombre en su ser libre con el derecho de hacer lo que le plazca y la mujer debe aceptarlo, perdonarlo y estar agradecida por tener quien la ame.

En este punto la mayoría de mujeres deben estar improvisando bastantes adjetivos para este personaje.

Pero así como este hombre, todos tenemos ideales sobre lo que debe ser una relación y en consecuencia actuamos. La cuestión es la distancia que podemos estar tomando de la realidad, de nuestra realidad. Idealizar el amor puede ser una cuestión muy crítica para nuestras vidas. Empezamos a imaginar lo que esa persona que amamos "debería ser". Desde el gusto por alguien empezamos a buscar la característica que se ajuste a nuestro ideal, y cuando menos lo esperamos, tenemos a esta persona en un pedestal, en un imaginario de perfección casi divino... Y Claro, si nos falla, la frustración será devastadora.

Nos escuchamos diciendo cosas como: "El es tan seguro...", "Es tan caballero..." o "Ella es tan tierna", "Es tan apasionada"... y neutralizamos o anulamos los defectos que de seguro nos afectan. Como cierta amiga que me decía: "Pues a veces me grita delante de los demás, pero mira, si tengo problemas sé que puedo contar con él siempre."

No digo que nos volvamos intolerantes con los defectos de los demás, pero tampoco valorar demasiado una virtud. "Pero es que nadie es perfecto" me han dicho... Pero también es cierto que todo tiene límites. Ni que estuviéramos andando por las calles "reciclando" parejas y nos conformáramos con algo medio bueno que encontráramos. Aclaro, nadie es perfecto, el problema es cuando aceptamos imperfecciones de otros en contra de nuestra dignidad, amor propio o incluso sueños...

Aunque parezca contradicción, es importante tener ideales. Un ideal es un norte, un objetivo que perseguimos que nos invita a ser cada vez mejores. El problema es cuando idealizamos. Tener un ideal del amor, sano, positivo, es completamente válido y hasta necesario. Pero un ideal egoísta, cargado de miedo, sin generosidad, como el de este señor "Beto", definitivamente solo es un auto-engaño que no deja más que  vacío en el alma. Los ideales generosos y sabios nos llevan a ser mejores. Así que la invitación es a tener ideales, no personas idealizadas...

Un abrazo y una buena semana...  




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