Sin tanta sinceridad...

Como si de una receta para preparar pasteles se tratara, todos tenemos más o menos las mismas ideas sobre cuales son las claves para el éxito en una relación. De hecho si se piensa por un momento, la lista no pasaría de 10 palabras. Pero existe una que no puede faltar en ese improvisado listado: La Sinceridad. Por supuesto que existen otras como el respeto, la tolerancia, etc. pero ésta en particular es muy sensible puesto que va muy ligada a la verdad... y bien es sabido que si en una relación hay mentiras, su fracaso será inminente... Así de simple. ¿Simple he dicho?.

La idea de sinceridad que podamos tener, puede variar tanto como la imagen que tenemos en nuestras mentes de lo que es un sofá. ¿Y bien? Sinceridad sería entonces no mentir, o actuar y hablar con verdad. Otros agregan que es decir lo que se piensa o siente. Los que van más allá aseguran que es no ocultar nada... ¿Simple, no?.

Nuestro ego, ese duende inconforme, cuando de relaciones se trata nos dirá: "Bueno, que no te vean la cara de tonto" o tal vez "No permitas que te engañen". Por ello nuestra obsesión con la verdad, con la sinceridad. Nos interesa tanto que hacemos pactos, acuerdos o pequeños contratos en el amor "Cuando te aburras de mi, quiero que me lo digas" o "Cuando dejes de amarme, no lo calles" o " si hay otra persona prefiero saberlo". Nunca estamos preparados para la verdad, pero la pedimos a gritos. El peor escenario imaginado es en el que todo el mundo sabe ciertas cosas y que somos los últimos en enterarnos. ¡Y eso no se puede permitir!. ¿no?

Conocí una amiga que aseguraba que con su pareja todo se lo contaban (y preguntaban, quiero agregar). No le podía creer. Le pregunté si su novio era celoso, y me dijo que si... al igual que ella. Debo admitir que en este punto me desconcerté. Eso está como la frase de cajón con la cual tratan de manipular en las relaciones: "Amor, confío en ti.... lo que pasa es que no confío en los demás". Para terminar la historia, mi amiga recibió una llamada del novio. Pude escuchar en la conversación que le explicó donde se encontraba, lo que estaba haciendo e inmediatamente empezó a interrogarlo. Por supuesto noté que no mencionó que yo estaba con ella. Al colgar le pregunté por qué no lo hizo. "El es celoso, si sabe que estoy con un tipo se molesta". inmediatamente le dije que entonces había mentido, a lo que ella solo manifestó: "No le mentí, sólo no le conté ese detalle".

Tal vez me extendí en esta anécdota, pero es muy diciente. Así como la luna, tenemos un rostro iluminado y otro oculto, y ambos rostros hacen de nosotros quienes somos. Si no guardáramos ningún pensamiento o sentimiento privado... ¡dejaríamos de ser!. Además las relaciones con el tiempo se vuelven complejas, cada quien aprende que le gusta a la otra persona, que le molesta, etc. Y si se pueden evitar equívocos, o explicaciones innecesarias pues mejor... ¿no?. 

Esto no es ni bueno ni malo, solo que somos seres que valoramos la verdad, pero no siempre somos tan maduros para aceptarla. Por ejemplo, Si te encuentras por la calle con tu "ex", aquel con el que casi te casas, pero simplemente así como se vieron se despidieron, llegar a casa y contar la anécdota podría arruinar un tranquilo fin de semana. Por supuesto esto no pasa en todas las relaciones, hay quienes tienen mucha confianza para estas cosas, pero en la mayoría no; y las situaciones que podrían generar conflicto son casi infinitas. 
Las relaciones necesitan de la sinceridad, de ese espacio donde cada uno expresa sus sentimientos, impresiones, anhelos, temores, ideas... lo que gusta y no. Y es muy ingenuo pensar que nunca habrán secretos.  Por eso vemos personas obsesionadas con esta idea, exigen... no, ¡demandan! saber hasta lo que su pareja piensa cuando tiene su mirada perdida en el horizonte. Puede parecer exagerado, pero esta absurda forma de entender la sinceridad es la que degenera en los casos de fuertes celos, inseguridades, amenazas y paranoias... que solo dejan en la pareja una sinceridad de papel....


Comentarios

  1. Muy buen análisis de las transformaciones que pueden sufrir las personalidades, cuando de amor hablamos, pero sera el poder del amor? o simplemente la necesidad de complacer?

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