
El vecino se quejaba y justificaba sus acciones culpando al alcohol; lo cual parecía molestar más al abuelo. Al final el pobre hombre pidió disculpas, manifestando su vergüenza y prometiendo jamás comportarse de esa manera. Al final, la promesa fue cumplida y la familia estuvo siempre agradecida por la intervención de aquella noche.
Ahora bien, en la actualidad esta clase de "intromisiones" son poco probables. Empezando por que ya casi nadie tiene un machete dentro de sus pertenencias, y otros menos serían capaces de estar agradecidos después de recibir un fuerte castigo. Ahora bien... ¿Y cual es objetivo de esta historia?.

Antes de eso me gustaría dejar dos reflexiones: Primero: la violencia no sólo es física, esa es la más evidente. La psicológica en cambio, se percibe menos y puede llegar a ser tanto o más destructiva que la primera. Segundo: Las mujeres no son las únicas víctimas, los hombres también. En agresión no debería existir distingos de género... pero claro, un hombre reportando que su mujer lo maltrata casi siempre es motivo de burla y duda sobre lo que lleva en sus pantalones. Que podemos hacer, así es la ignorancia...
Llegado a este punto quiero referirme a nuestra ignorancia, y lo atrevidos que podemos llegar a ser. Al igual que yo, muchos habrán escuchado y hasta hecho comentarios sobre amigos o familiares que se agreden entre sí. Estas situaciones nos deben generar rechazo y poca tolerancia. El problema es que aunque creemos que ayudamos en realidad no lo hacemos. Hablando con una amiga, me contaba sobre una prima suya víctima de las agresiones de su novio. "¡Que rabia!"- decía-. "Mucha bruta, le dije que si era que no se quería, que le pasaba. El tipo no le conviene y ella como imbécil detrás de él...".

Creo que juzgar así a una persona que se encuentra en esta encrucijada de su vida, no ayuda en ningún sentido. Todos... absolutamente todos, somos susceptibles de ser manipulados o maltratados. Además, esto se da con el tiempo. Si en los primeros días de novios, uno de los dos agrediera al otro de seguro la otra parte lo manda a "freír espárragos" y la relación acabaría. Pues resulta que así no funciona. Estas situaciones se presentan después de cierto tiempo o cuando se ha generado mutua confianza. Por ello el desconcierto de quien sufre esta situación, y si la otra persona es manipuladora, su confianza y autoestima empiezan a desmoronarse sin darse cuenta de ello.

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ResponderBorrarExcelente Tema :)
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