Amor sin-celo

El amor no puede solo sentirse, debe demostrarse para que sea real. Al escribir este pensamiento, pensaba en las manifestaciones de afecto, los te quiero en la mañana, primaveras en floreros o desayunos en la cama... Y sin embargo, como comensal no invitado, la palabra "celos" se presentó como reclamando su lugar, como si dijera: Los celos también somos demostración de amor. No sé por qué, pero empecé a considerarlos mas seriamente. Personalmente siempre me han parecido sinónimo de conflicto, pero podrían ser algo más...

Al hablar con las personas, las opiniones son encontradas. Algunos consideran que éstos son necesarios en toda relación. Por supuesto, otros afirman lo contrario, y agregan que sentirlos es señal de debilidad.  Claramente no habrá consenso sobre este asunto, pero nadie puede negar su importancia en la vida amorosa.

Muchos me aseguran no ser celosos. "¡No tengo tiempo para eso!" Me respondía alguien. O simplemente: "¿Para qué? ¿para que después me estén celando?". Pareciera que solo mencionar el asunto les provocara una molesta alergia. Sin embargo vale la pena hacer una diferencia, una cosa es no sentir celos, y otra no importarle qué hace la otra persona en otros espacios.

En el amor, tendemos a "comunicarnos" con señales. Cuando las palabras faltan, los vacíos que dejan se llenan con conjeturas. Ante una situación como: "Voy a salir esta noche, no me dijo nada..." Al principio podríamos sentirnos alagados, comprendidos... ¡Que voto de confianza!. Pero después de un tiempo, esta misma situación nos puede llevar a pensar: "¡Vaya, no le importa con quien voy a estar!".

Pues bien, digamos que en verdad no somos celosos. Lo cual puede tener una connotación egoísta... Nos presentamos generosos, cuando alentamos a nuestra pareja divertirse en otros espacios o compartir con amigos, pero la motivación principal podría ser que necesitemos divertirnos también sin presiones. Esta es una interesante carta ante un conflicto: "Ey, no te digo nada cuando sales, así que no me reproches".

Desde otra perspectiva, sentir celos puede ser señal de debilidad. Así que para demostrar control, asumimos una actitud confiada, casi indiferente. Como si no nos importara. Sin celar pero dejando la responsabilidad de la relación en la otra persona: "Yo no te celo, tu sabrás lo que haces". Tanto así que el día de mañana culparemos a nuestra pareja de habernos descuidado...

Algunos prefieren parecer, a ser. Caen facilmente en actitudes complacientes para no generar conflicto, o simplemente como demostración de amor y confianza. todo ello está mu bien, pero si no se habla claramente, se pueden estar acumulando frustraciones e inseguridades. Es preferible decir: "Mira, no te niego que me dan celos, pero también entiendo que necesitas tu espacio y lo respeto". 

No quiero decir con esto que lo aceptable sea sentir celos, ni que no sentirlos sea anormal. La verdad es que hay que ser más sinceros, dejar a un lado posibles manipulaciones... (conscientes o inconscientes, da igual) y no disfrazar ciertos sentimientos. Conozco quienes no son celosos, pero poco a poco, dejan de interesarles la pareja. Se acostumbran a que cada quien anda por su lado, y comparten poco tiempo juntos. Se asemeja mas a la cordialidad que al amor.

Relaciones sin celos son posibles, algunas incluso desde sus inicios, ya sea por que se conocen de tiempo o existe una confianza mutua.

En otros casos, las parejas pueden estar por encima de los celos. Es tanta la confianza y tranquilidad mutua, que hasta bromean sobre situaciones que en otras condiciones no lo harían: pretendientes, coqueteos, etc.. Estar más allá de celos convencionales, es el resultado del tiempo, madurez y amor... No de falsas posturas. Para que sea real, ambos deben conocerse, cultivar permanentemente la relación, interesarse por sus gustos y no dejar de compartir. . .

   

Claro, esta ha sido solo una perspectiva del asunto, y si os parece, la abordaremos después desde otro ángulo. Por lo pronto, una frase de Molierê:

"El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor..."