Pretendiendo Cambiar...

Le dije: "bueno, ¿piensas volver con él? o tal vez, ¿intentarlo de nuevo?". Después de sonreír y un breve silencio, atinó a responder: "No sé, lo he pensado pero de inmediato recuerdo las razones que me llevaron a terminar mi relación con él". Mientras hablábamos, me compartía su preocupación por su ex-novio, al considerar que estaba tomando malas decisiones en su vida... al final, en broma le comenté: "¡Vaya! tienes alma de Robin Hood, luchando por la causa de los desvalidos".


Al reflexionar en ello pienso que tal vez no seamos héroes legendarios, como aquel forajido del bosque de Sherwood, pero en ocasiones nos vemos inmersos en grandes cruzadas impensables.

Estas cruzadas tienen como objetivo cambiar a una persona, o por lo menos despertar el gran potencial que vemos en ella. Claro, por supuesto, lo primero que se dice en cuestiones del amor es: "Jamás pretendas cambiar a alguien". Esto es tan sabido como: "Agua que no has de beber déjala correr", pero ahí estamos juntando las manitos para beber un poco, pues un poco no hace daño ¿verdad?.
Relacionarnos es empezar a descubrir universos. Cada que nos adentramos más, nuestras ideas, pensamientos, sueños y esperanzas se conjugan en la otra persona. Aunque estas conjugaciones son la materia prima para la consolidación de una relación; también son la causa de muchos malentendidos y sufrimientos. 

Resulta que esos anhelos que proyectamos en la otra persona pueden llevarnos a tortuosas decisiones. En la medida que conocemos más a alguien, observamos virtudes, habilidades... es decir, ¡vemos en ella todo lo que puede llegar a ser! y por eso nos enfocamos en ello. ¿Por que no? total, en la medida que crezcamos como personas así mismo crecerá la relación... Aquí es donde vale la pena decir ¡cuidado!

Todo tenemos nuestra zona de confort, de comodidad... y podemos estar perdiendo el tiempo con personas que no están dispuestas a cumplir nuestras expectativas...  Antes de recibir una avalancha de argumentos diré: En una relación llegará un momento en cada uno deberá aportar para que ésta evolucione. Ejemplo, llevamos tiempo con alguien, lo adoramos, etc y resulta que no le gusta trabajar... ¿Será que tarde o temprano esto será obstáculo?. (Bueno... Eso depende de la clase de persona que deseamos a nuestro lado, claro está).

El punto es que debemos preguntarnos si estamos tratando de terminar el trabajo que le faltó a la mamá.... en serio, a veces insistimos con personas caprichosas, con necesidades de atención, complacientes más no comprometidas, y cada avance en realidad es un retroceso. Si estamos en plan de divertirnos, sin trascender, pues no hay problema, pero si estamos construyendo una relación seria, el asunto cambia. 

No tenemos que creernos santos de causas perdidas, ni mucho menos sembrar en áridos campos.  Además vuelvo a lo de antes, no se trata de cambiar a alguien, solo de potenciar lo mejor que cada quien pueda tener. Se trata de apoyar al otro cuando lo necesite. Pero cuantas veces ha pasado que la pareja pide ayuda, quiere empezar un proyecto o se queja de algo, nos motivamos a ayudarle y resulta que en el fondo no le interesa y espera que hagamos todo por ella... ¡Bah! Que pérdida de tiempo....
Una sana relación hace crecer lo mejor de cada uno mediante un compromiso mutuo, de lo contrario solo es el esfuerzo de una persona que pretende amar por dos, que pretende construir mientras el otro solo se sienta a esperar... 



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