Tras una dura semana, el día de hoy se presentó como un reencuentro personal. Los compromisos y afanes del día nos roban esos espacios propios. Cuando se convive con otras personas, esos espacios se reducen mucho mas. Salir a caminar, sentarse en una banca, tomar un café con los pensamientos como única compañía, se tornan momentos cada vez más escasos. Perderíamos una parte importante de nosotros si llegara el momento en que no los extrañáramos más. Es de noche y mientras la tímida lluvia besa los cristales, pienso en los tiempos cuando estamos sin pareja.
En nuestra sociedad, parece que fuera pasatiempo contar los meses en que los individuos están solteros. Es decir, cuando se lleva un tiempo en ese estado, alguien puede comentar: "Uy, ¿hace cuánto llevas sin novio/novia? ¿como un año cierto?". Aveces pueden incomodar estas observaciones y sentimos que somos observados como bichos raros... Supongo que lo normal es que estemos emparejados, ¿no?.
Se de personas que esta clase de presiones se calan en sus inconscientes, expresan preocupaciones cuando no consiguen pareja, o simplemente llegan a sorprenderse por que no recuerdan la última vez que estuvieron solas "tanto tiempo". Por eso nos sorprende la rapidez con que superan una ruptura y empiezan un nuevo viaje en el tren de las emociones... así no se conozcan demasiado con la nueva persona.
No estamos acostumbrados a la soledad. Al llegar a casa se enciende la TV, reproductor Mp3, computadora, etc. Ahora con los smart phones, hasta el baño dejó de ser privado. Debemos recuperar cierta independencia personal y aprender a disfrutar los espacios en solitario. Sin embargo en el plano sentimental, pasar demasiado tiempo sin pareja pareciera que no fuera bueno... según los demás, por supuesto.
Todo se puede disfrutar. Si estamos bebiendo las mieles del amor, ¡pues a disfrutarlo!. Lo mismo va si estamos solos. Cuando nos estamos recuperando de una ruptura amorosa, adquirimos un nuevo aire, como una madurez renovada y empezamos a disfrutar de amigos, salidas, actividades y proyectos. No es que las parejas no nos dejen hacer estas cosas, pero en muchas ocasiones las dejamos a un lado sin tener claro el por qué.
A manera de Posdata:
Quise apagar el ruido, y salí a caminar de nuevo, la lluvia había cesado, pero el ambiente aun llevaba un poco de fría humedad. Al mirar la luna escondida en el cielo nublado, compartimos un silencio momentáneo, allí volví a recordar el dulce sabor de las cosas simples...
aunque en ocasiones es buena ya que la soledad nos sirve para pensar, reflexionar y tomar decisiones. en otras la soledad nos va absorbiendo poco a poco ahi es una soledad mala :(
ResponderBorrarTienes razón, precisamente me había encontrado con una frase en estos días que dice: "La soledad es al espíritu lo que la dieta al cuerpo: mortal, si resulta demasiado larga, pero necesaria". Todo en la vida tiene su justa medida, ¿cierto?
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