¿Quién domina?

El aspecto relacionado con el poder siempre se ha manifestado en la mayoría de las relaciones. En mayor o menor medida, dependiendo de las parejas, esta situación puede alterar la armonía o el futuro de las mismas. Aveces damos por sentado que en una relación uno de los dos es el más dominante. Es más, hasta lo  aceptamos como una condición necesaria. En este punto podría preguntar a quién le gusta ser dominado... probablemente pocos o ninguno lo manifiesten abiertamente. Así que aunque es una situación aceptada, esperamos no ser los dominados ¿verdad?. Socialmente solemos escuchar a hombres decir: "yo llevo los pantalones en la relación" o mujeres: "Él sabe que no le conviene verme brava". La conclusión sería entonces que debemos jugar bien nuestras cartas para no terminar en una posición de desventaja con nuestra pareja. ¿Cierto?.


He escuchado a personas decir que prefieren no llevar la contraria con tal de no discutir. Un amigo medio en broma me dice: "la clave en una relación es que la mujer esté contenta, punto." Otros en cambio siempre están pensando en que lo mejor es imponerse, argumentando que si llegan a descuidarse la otra persona podría hacer con ellas lo que quisiera. ¿Es decir que en nuestras relaciones debemos estar siempre en una constante lucha de poderes? ¡Si es así, sería preferible estar solo! Esta situación además de poco placentera, evidentemente es muy agotadora... 

Pero este no es el punto. De lo que se trata no es de determinar quién domina y quién no. En una relación ambos son importantes, ambos son iguales. Cuando uno de los dos solo impone sus ideas o proyectos, éste terminará convirtiéndose en un tonto tirano. Por el contrario, si el otro solo sabe aceptar, como si no tuviera criterio alguno, su respeto desaparecerá como en una espesa niebla. En ambos casos no veo pareja, solo dos personas que se acompañan.

Una pareja son dos personas que comparten un proyecto en común. Esto hace que ambos se conviertan en una sola fuerza, capaz de grandes logros y superar adversidades. Pero si nos hemos impuesto, es probable que la otra persona no de todo de sí. Y si hemos sido pasivos, en nuestro interior tal vez se empiece a albergar la frustración. 


Por eso ante todo debe prevalecer el respeto mutuo, independiente de nuestro carácter. Compartir nuestro punto de vista e invitar al otro a actuar en conformidad. De lo contrario lo mejor sería estar solo. Nadie debe estar por encima nuestro, ni pretender estarlo con alguien . Somos seres que en el complemento somos maravillosos...  En el momento en que un proyecto está de la mano con el ser que amamos, las posibilidades se presentan infinitas ante nuestros ojos. La invitación entonces es a relajarnos un poco, definir claramente que queremos, hablar con franqueza y construir esa felicidad mutua que siempre anhelamos. ¿Cuándo?... ahora es buen momento.

Un propósito: Esta semana no debería pasar sin regalar un abrazo... 








Comentarios

  1. Te regalo mis abrazos, mi admiración de siempre a tus reflexiones y a tus líneas. Yo creo que el verdadero amor no conoce el significado de la dominancia. No puedes imponerte cuando te has hecho uno solo con el otro, eso sí, sin perder la identidad propia, la esencia de lo que cada uno somos.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario