Es más fácil terminar

Cierto día me preguntaron acerca de este blog. Ah, que bien ¿y de qué escribes allí?. Al escuchar mi respuesta, esta persona primero habló con su expresión antes que con sus palabras. Como si se hubiera detenido abruptamente. "ah..." alcanzó a decir con notable decepción. Por qué? acaso eres experto en el tema?. Simplemente le dije: "¿Y quien lo es?". Conversamos de otras cosas antes de alejarnos con la promesa de volver a hablar. En el camino me surgió una pregunta un poco diferente: ¿Cuantas relaciones son suficientes antes de dar un paso más trascendental con una persona?. ¿Antes de apresurarnos sin haber "vivido" lo suficiente?.  


"¿Cuanto llevan de novios?". Si alguien dice algo parecido a: "5 años, somos novios de toda la vida,  no hemos tenido más parejas y nos casaremos el año que viene". Tal vez los felicitemos sin tanta convicción, y como quien quiere asegurarse llegamos a preguntar "¿Y ustedes no han salido con ninguna otra pareja, en serio?". En nuestra actual sociedad, casi no concebimos que esto ocurra. Como me dijo una amiga hace poco: "Uy, eso es como buscar el premio gordo jugando con un solo número".

En varias familias, nuestros abuelos se casaron bastante jóvenes, llegaban vírgenes al matrimonio (eso decían) y los recordamos como personas amorosas a pesar de los años. Aquí no hubo chance de comprar siquiera el boleto, pero al parecer tuvieron el premio gordo. Eran épocas donde la regla eran los matrimonios por conveniencia, y así como hubo historias con finales felices, otras en cambio estuvieron marcadas por calladas tristezas. Para los primeros casos cito una frase de Henry Youngman: "El secreto de un matrimonio feliz... sigue siendo un secreto".

"Es que antes, si o si, las personas debían resolver sus problemas... separarse era inaceptable" hablaba con un amigo muy elocuente por cierto. ¿Y en la actualidad?. Tal vez esa posibilidad  que tenemos todos de "mandar todo para el carajo" cuando las cosas no funcionan, haya hecho que el compromiso por resolver las dificultades, sea un camino de largo aliento que no estamos dispuestos a recorrer. En las familias, si se tienen problemas, de alguna u otra forma se buscan soluciones (Difícilmente nos levantamos una mañana pensando en buscar otra mamá por que la nuestra ya no la soportamos).

Comparar los conflictos de familia o matrimonios de otras épocas con las relaciones actuales, puede que no sea del todo justo. Además, si compartimos con personas que no corresponden nuestro amor, con poco compromiso o hasta agresivas, estamos en todo el derecho de buscar otros horizontes en aras de nuestro bienestar. Pero lo que si es cierto,  es que esa posibilidad de terminar una relación, puede llevarnos a tomar decisiones apresuradas. A no esforzarnos lo suficiente por una valiosa relación. Considerar que todo está hecho, que no hay vuelta atrás, que lo hicimos todo... Pero si no lo intentamos, podríamos tener muchas relaciones y nunca aprender a afrontar las dificultades: "Ya no te soporto, buscaré otra persona". Sería la frase que nos defina tristemente. y tal vez terminemos dosificando soledades en cada nueva relación.

Si los problemas nos sobrepasan, la familia, amigos, programas dirigidos o incluso expertos pueden ser alternativas para re-descubrir aquello que está oculto en el día a día. Por supuesto todos tenemos nuestros límites, y llegaremos hasta donde podamos llegar. Creer que siempre podemos solos no es sano. La invitación es a no rendirnos tan fácilmente, debemos involucrar a nuestra pareja, al entorno cercano en la búsqueda de salidas positivas, ¡lo que sea! pero no dar media vuelta sin siquiera intentarlo... ¿O es que acaso no vale la pena luchar por las cosas valiosas para nosotros?... ¡Así que adelante!

En cuanto al par de "tórtolos" que no han conocido más parejas... ¡Pues la mejor de las suertes! ¡Que sean felices y coman perdices!... 

¿Que más podríamos desearles? 



  


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