¿Sómos obstáculo para nosotros?

En nuestra vida necesitamos hacer un alto en el camino, disfrutar de nuestra soledad. Como unas vacaciones a la necesidad de estar con alguien. Algunas personas terminan una relación e inmediatamente inician otra como si de medias se tratara. Es sano darse la oportunidad de estar sin alguien, lo cual es necesario para tener un conocimiento profundo de nosotros mismos. La sociedad en general presiona en ocasiones: ¿Estás sin novia? ¿andas solo? ¡Uy llevas tiempo sin salir con nadie! etc, etc. Después de tanta presión, empezamos a sentir la necesidad de mirarnos al espejo para confirmar que no somos fenómenos de circo. ¡Definitivamente, aún no aprendemos a aceptar la soledad!. Sin embargo, ¿Que sucede cuando nuestra soledad es fruto del miedo, la frustración o la rabia?


Conocemos personas maravillosas, especiales, atractivas que han encerrado sus corazones en cofres de llaves extraviadas. Muchas de ellas justifican su decisión en las amargas experiencias que han marchitado su deseo de amar. Esto se debe respetar. Pero si este actuar las hace transitar la experiencia de la vida con tristeza, frustración o abandono, deja de ser bueno para cualquiera. Tal vez les escuchemos decir cosas como: "los hombres son todos iguales" "mejor solo que mal acompañado" "todos son cortados con la misma tijera" "en ellas no se puede confiar" y mucho mas... Sin embargo no podemos estar observando el mundo en blanco y negro (de pronto empezamos a ladrar) pues nos perderemos de extraordinarios arco iris que aparecen por ahí.

Todos podemos volvernos así de radicales por culpa de una experiencia negativa. Pero también podemos capitalizar esa experiencia para ser cada vez mas inteligentes y sabios. Así que cuidado con ser el principal obstáculo a nuestra felicidad, ser felices es una aspiración humana que no debemos negar...

Mirarnos a los ojos, ser transparentes con nosotros mismos, es un acto de valentía sin igual. Fácil es pensar que si una persona decide no volverse a enamorar o empezar una relación, esté motivada por el miedo a sentirse herida una vez mas. Esto es lógico y muchas veces es así. Pero también puede ser que no haya podido cerrar un ciclo, por ejemplo cuando nos abandonan sin saber por qué, cuando pensábamos que estábamos en lo mejor de la relación... una situación de estas pueden crear sentimientos de rabia, frustración, impotencia lo cual termina proyectándose hacia los demás, y cualquier intento de acercamiento salen a relucir estos sentimientos como una barrera infranqueable...

Pero podemos cavar más profundo en nuestro interior... ¿A que me refiero? siendo honestos, es común que seamos autocríticos, sin embargo podemos llegar a ser implacables con nosotros mismos, infligiéndonos castigo como ningún otro, utilizando expresiones negativas: "Que torpe fui""¿como no lo vi venir?" "No debí ser tan confiado" "Que idiota al no darme cuenta!" etc, etc. A tal punto puede llegar a ser la auto-flagelación, que inconsientemente nos negamos cualquier intento de empezar de nuevo por que creemos que nadie nos valorará, que no lo merecemos ya... Si este es el caso, reconocerlo es un acto de valentía y el primer paso para salir de ese laberinto emocional. Nos castigamos mientras el que nos lastimó sigue disfrutando la vida... ¡Eso si que no!


Somos seres maravillosos, con errores por supuesto, pero maravillosos ¡Así que prestemos atención a la forma en que nos hablamos!. La palabra crea o destruye, es bien sabido. Perdonémonos, nadie es tan sabio que nunca lo engañen ni tan tonto que no pueda siempre aprender. Debemos evitar poner nuestra felicidad en las manos de los demás y empezar a creer en nosotros mismos... total... ¿Quien dice que nunca se puede empezar de nuevo?



Comentarios