¡Cuentas de cobro!

De paso por la capital, una buena taza de café calentó los recuerdos para que pudiéramos conversar con una persona especial. Hasta ese entonces llevaba conmigo una frase que me habían compartido y que refleja la intensidad emotiva de las decepciones en las personas: "Cuando a alguien le rompen el corazón, de ahí en adelante empieza a querer con los trozos que le quedan". Mi amiga, en esa mañana me compartía otra más: "Cuando alguien ha tenido decepciones en el pasado, empieza a pasarle cuentas de cobro al amor del presente".


Sin importar las razones, la sensación de no haber sido correspondido después de haberlo dado todo por una persona, es completamente devastadora para la mayoría de seres que lo han vivido, es sentir que el tiempo transcurrió en vano, que nuestro orgullo fue herido profundamente, que nuestra confianza fue pisoteada o que al otro nunca le importamos seriamente. Aceptarlo... es un proceso que puede llegar a ser insoportable para la mayoría.

La energía depositada en este proceso puede llegar a ser tal que nadie quiere repetirlo en su vida, el dolor es tan profundo que juran, mirando al horizonte lejano; jamás permitírselo de nuevo. Los monasterios, vivir entre monos amazónicos o ser misioneros en la India, se presentan como opciones para los mas radicales. Otros simplemente continúan su vida con una armadura sentimental.

Somos seres extraños definitivamente, queremos a alguien que nos quiera y que podamos querer, si todos queremos lo mismo... ¿deberíamos ser felices cierto?, pero las decepciones hacen que vayamos por la vida con esta frase como si de un mantra se tratase "Ah no, al marrano no lo capan dos veces". Y lamentablemente la filosofía porcina no aplica para el amor.

Pudiera parecer obcecado, pero la experiencia de querer a alguien es de las mas intensas y valiosas que llevamos con nosotros, y así ésta haya llegado a su fin, no debemos tener temor de vivirla nuevamente. En el amor no debemos ser aguas tibias, "o fríos, o calientes, o si... o no",  o como dice Silvio Rodríguez en una de sus canciones: "... los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan ahí...", sin mayor trascendencia, alimentando miedos en nosotros y en los demás, sin valorar a esa nueva persona que llega a nuestra vida o tal vez siendo hipócritas con ella y nuestros sentimientos, ¡como si las personas fueran recipientes de nuestras frustraciones!

Las decepciones deben ser la fuente de sabiduría para mejorar nuestra manera de amar, para fortalecer nuestro propio amor y para que nuestros miedos y apegos sean cada vez mas marchitos...

Comentarios

  1. Bueno, como dice el dicho esto mejora con el paso del tiempo. Me ha encantado tu reflexión sobre las cuentas de cobro...¿por qué será? Y si, las decepciones deben ayudarnos a mejorar nuestra manera de amar, pero siempre atreviéndonos a hacerlo. ¡Adelante con tus escritos, me edifican mucho!

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  2. Esto me ha gustado, corto y sustancioso!!!
    Me has sacado una sonrisa, porque me imaginado más de una vez caminando por el pequeño reino de Bután!

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